Aumentan en un 117.64 por ciento las displasias y neoplasias en la entidad, al registrarse hasta el mes de julio de este año 407 contra las 187 del año pasado, de acuerdo con el boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud en Quintana Roo (SESA).
La zona norte de la entidad es la que registra los porcentajes más altos, donde Benito Juárez es el municipio que mayor aumento registró con 199 casos, seguido de Solidaridad con 62 y Cozumel con 49; mientras que Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos registraron 5 y 4 casos respectivamente, Bacalar es el único municipio que registró cero casos.
Para muchas mujeres el diagnóstico de displasia moderada es como decirles que tienen cáncer, expresa Rosario “F”, quien pensó en ese momento en cómo decírselo a sus padres si sólo tenía 22 años y se sentía derrumbada.
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“No sabía cómo decirles, aun cuando era independiente y vivía en mi propio departamento era algo muy difícil de asimilar y poder expresar, tenía un nudo en la garganta, entre sueños escuchaba a la doctora decir que se había encontrado algo anormal en mi resultado de papanicolaou, por lo que se realizaría una biopsia eso fue el inicio de un recorrido de citas al ginecólogo y a la clínica de displasias”.
Las displasias moderadas y severas o lesión intraepitelial escamosa de alto grado, es una forma más grave de displasia del cuello uterino y se deben tratar por el alto riesgo de transformarse en lesiones cancerosas, explica el ginecólogo Fernando González, por ello un diagnóstico temprano es muy importante.
Los cambios anormales en las células de la superficie del cuello uterino se definen como displasia cervical; el cuello uterino es la parte inferior del útero (matriz) que desemboca en la parte superior de la vagina, estos cambios no son cáncer, pero pueden causar cáncer de cuello uterino si no se tratan, de acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer.
“Una vez que me diagnosticaron displasia moderada y la ginecóloga me explicó el tratamiento decidí decirles a mis padres, ya que necesitaba su apoyo para poder pasar por todo lo que se venía”, expresó Rosario, a quien le practicaron una criocirugía, que consiste en congelar las células anormales y eliminarlas removiéndolas del cuello uterino, de manera que crezcan células nuevas y sanas en el mismo lugar.
La displasia cervical se puede presentar a cualquier edad; sin embargo, el seguimiento y tratamiento depende de la edad de la paciente y es causada comúnmente por el Virus del Papiloma Humano (VPH), un virus común que se disemina a través del contacto sexual, algunos tipos de VPH llevan a cáncer de cuello uterino o displasia cervical.
Después del tratamiento, Rosario debió llevar un monitorio y control en la clínica de displasias para evitar que las lesiones volvieran a aparecer, primero de manera frecuente, después cada seis meses y finalmente cada año.
Entre los factores que pueden ocasionar displasias y neoplasias se encuentran el tener relaciones sexuales y un embarazo antes de los 18 años de edad, así como tener múltiples parejas, comorbilidades como tuberculosis, VIH o usar medicamentos de inhiben el sistema inmune y el fumar.
Ahora Rosario tiene un hijo, pese a todo pronóstico de no poder embarazarse, ya que una de las consecuencias en ella fueron el que sería difícil poder tener hijos, pero a través de tratamientos y un embarazo de alto riesgo logró tener a Carlos; sin embargo, tras el parto tuvo una complicación que obligó a los médicos a retirarle la matriz.
“Muchas veces como mujeres somos negligentes para realizarnos el examen de Papanicolaou, pero un examen tan simple como ese puede salvarnos la vida, a mí me la salvó”.
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CG