Quintana Roo

La falta de trabajo me llevó a pensar en el suicidio: Don Mateo, abuelito de Playa del Carmen

El señor Mateo Martínez González, de 68 años de edad, se gana el sustento cantando en las calles de Playa del Carmen, y contó a Por Esto!, los problemas, como la falta de trabajo, que lo llevaron a querer suicidarse
Don Mateo ha sido víctima de la delincuencia en playa del Carmen mientras labora en las calles, pues le han robado ocho veces / Yolanda Aldana

Son pocos los adultos mayores en Playa del Carmen que encuentran una forma de ganarse la vida al autoemplearse en una actividad que no le exija mucho a su debilitado cuerpo. Llevando música a las personas es como este ciudadano, originario del Estado de Veracruz, puede pagar su tratamiento para la diabetes.

La pandemia puso en aprietos a los adultos mayores, quienes pertenecen al sector más vulnerable atacado por el virus. Este es el caso de Mateo Martínez González, quien con 68 años de edad, se gana la vida cantando en la calle y quien debido a la falta de empleo en el año 2019, como un grito desesperado, intentó suicidarse.

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El abuelito, quien con una bocina y micrófono en mano canta todos los domingos en el tianguis de la Colosio, informó que desde el año 2012 tocaba como “hombre orquesta” varios instrumentos musicales: la guitarra, armónica, huiro, tarola, pandero, redoba y las claves, pero por su seguridad le es más conveniente dejar sus instrumentos en su domicilio, ya que le han robado varias bocinas en la zona comercial de esta ciudad.

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“En donde me pare, solamente estoy una hora cantando y saco los 200 pesos del día que necesito, pero sí es un problema que haya gente abusiva que le robe a un anciano su medio de vida. Ya me han robado ocho bocinas. Pude recuperarme porque tengo amigos que son taqueros y ellos me han prestado los mil pesos que cuestan las bocinas para que trabaje”, aseveró.

Mateo Martínez González rememoró que sus comienzos en la música fueron en el poblado del Plan de las Hayas, Veracruz, de donde es originario y donde su papá tenía fincas y ganado. Un día le dije: “Apá, yo quiero ir a andar, ya estoy fastidiado de estar acá, y me contestó: Bueno, date la vuelta. Y no he regresado desde entonces. Salí desde 1985 de mi casa. He paseado por toda la República, en Ciudad de México en 1971, luego Guadalajara, Puerto Vallarta, Campeche y finalmente llegué a Quintana Roo, en donde me enamoré de una muchacha”.

El cantante que aprendió a tocar la guitarra a los 11 años de edad, mientras pastoreaba a las vacas, dijo que perdió el patrimonio que hizo en la Entidad porque la mujer que escogió le jugó mal y le fue infiel. “Mis hijos se hicieron músicos y ya están en Estados Unidos”.

Sobre la cruda situación que padeció en la pandemia por COVID-19, Mateo Martínez expresó que no tenía ni un peso para comprar comida, solamente cinco pesos para tortillas a las que le ponía sal y comía con las ramitas de guajes que arrancaba en los camellones de Playa del Carmen

“Pedí ayuda a varios exalcaldes, pero nadie me ayudó, excepto Juan Carlos Beristain, que me dio una silla de ruedas para moverme, porque los pies se me infectaron por los callos que tengo. El médico me dijo que me iban a cortar las piernas, le contesté que no estaba de acuerdo y salí del SESA para comprarme unos cuchillitos y dije: Me voy a encerrar y me voy a suicidar. Pero en la noche, cuando estaba a punto de hacerlo, me tiré y besé la tierra y pedí perdón a Dios, después no supe nada ya. Me dormí y cuando desperté y me levanté, vi que podía caminar y mi cuerpo estaba mejor, ya no salía líquido de mi pie”, aseguró.

Finalmente, Mateo Martínez dijo que no ve que la nueva autoridad municipal tome acción. “Los que me robaron mis bocinas han pasado con bicicletas y me las han arrebatado. La policía te dice que necesitas pruebas y testigos. Son malas las leyes aquí, no sé quién apoya a los rateros, pero el gobierno es el que los protege, porque la última bocina que me robaron fue hace tres meses”, finalizó.

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CG