El Día de Muertos es una festividad en la que las leyendas y relatos paranormales nunca pueden faltar, sobre todo en sitios como Chetumal que cuenta con una gran cantidad de historias escondidas entre las tumbas de su famoso panteón municipal, donde moran varias personalidades un tanto curiosas.
Son varios los relatos que año con año se recuerdan en estas fechas y pueden ser constatados con las tumbas y pequeños monumentos que se encuentran en el cementerio y que además, se han vuelto parte importante de la cultura chetumaleña.
La niña del taco
María del Carmen Rodríguez León, nacida un 25 de octubre de 1957 y fallecida el 21 de junio de 1959, fue una pequeña que recibió el nombre de la “La niña del taco”, debido a la trágica manera en que perdió la vida.
La bebé se atragantó mientras degustaba un taco y lo que llamó la atención de las personas, es que la familia decidió poner una figura sobre su bóveda que muestra la manera en la que falleció.
Muchas personas que conocen el relato, se encargan de llevar flores, dulces y juguetes para dejarlos a los pies del monumento de la pequeña que sostiene un taco.
La china
María Chong, es muy conocida entre los chetumaleños, incluso muchos años después de su muerte, pues según recuerdan esta mujer proveniente de Corea, llegó a Yucatán en 1900 para quedarse a vivir y después se trasladó a Chetumal donde perdió la vida hasta 1966.
Lo escalofriante de esa mujer, es que siempre estaba preparada para su muerte, pues en la entrada de su tienda siempre tenía su ataúd, el cual prestaba a otras personas cuando era necesario y después lo reponía.
A un lado de las oficinas del Panteón Municipal de Chetumal, se encuentra la hélice y la tumba que en la que se recuerda a los pilotos de la Fuerza Aérea Mexicana, Juan Sosa Martínez y Gilberto Hernández Vega, además del mecánico de aviación José Magaña Sánchez.
Se dice que en esta aeronave, iban cuatro personas más las cuales viajaron a Belice con intención de brindar ayuda tras el devastador paso del huratán Hattie, sin embargo, dicha avioneta no volvió. Fue hasta después de ocho años, que se lograron encontrar los restos de la aeronave junto con los cuerpos de las víctimas.
Subteniente Rosalino López, fue un militar de Payo Obispo (hoy Chetumal), quien fue completamente leal al entonces presidente Álvaro Obregón en los tiempos de la época delahuetista y es en honor a él que la ciudad fronteriza con Belice fue nombrada.
El subteniente fue fusilado junto a otras dos personas en las inmediaciones del panteón por lo que se edificó un monumento en su honor, al ser un personaje importante de la historia chetumaleña.
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MA