Trabajadores de la terminal Navega redoblaron la vigilancia sanitaria ante la nueva variante del COVID-19, Ómicron, a pesar de que no hay nuevas órdenes al respecto. Aseguran que volvieron a protegerse como si fuera el principio de la pandemia e incluso, regresaron los voluntarios del chaleco amarillo.
“Aquí cada quien debe de cuidarse con el uso de su cubrebocas, el gel antibacterial y la Sana Distancia”, destacó una de las colaboradoras. Hasta el momento, el cruce hacia Cozumel continúa interrumpido y, como ya operan las dos navieras, ya no se ve la aglomeración de gente como ocurría el año pasado para estas mismas fechas, a pesar de que sí hay mucha afluencia.
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La mayoría de los usuarios, hasta 65 por ciento, son turistas extranjeros, los cuales no siempre acatan los protocolos sanitarios. “No hay una cifra específica sobre quien es quien, pero se podría decir que 65 por ciento es turismo extranjero y el resto compete al turismo nacional, por lo que nosotros debemos cuidarnos, no sabemos si vienen de Europa o de Estados Unidos, así que debemos de estar alertas”, destacó un trabajador.
Los “chalecos amarillos” exhortan continuamente a los viajeros a utilizar correctamente la mascarilla; sin embargo, algunos de éstos sólo la portan al ingresar y ya dentro del inmueble se la quitan y la guardan.
De acuerdo con la Administración Portuaria Integral (Apiqroo), en octubre aumentó 119.47 por ciento el número de movimientos comparado con el año pasado; mientras que el número de pasajeros incrementó 112.01 por ciento. Ya que entre salidas y entradas a este municipio se tiene un conteo de 225 mil 637 pasajeros.
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jcl