Quintana Roo

Pandemia obliga a hotelería a una conversión

La recuperación de la industria hotelera requiere de mantener las medidas sanitarias implementadas a raíz de la pandemia.
La llegada de la pandemia obligó a la hotelería a una conversión. / Ángel Balán

El turismo en Quintana Roo tuvo que cambiar con la llegada de una pandemia, por lo que se ha visto obligado a ajustar sus estándares generales y los hoteles se han vuelto más accesibles con sus precios, y el tiempo de espera para las reservaciones se ha reducido a semanas y no en meses como antes.

Son varias las acciones que se implementaron “a la mala” para tratar de rescatar a la industria hotelera que cayó a su punto más bajo en sus 50 años de historia con el 5% de ocupación en 2020.

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Los cambios universales que existieron desde el principio en los hoteles fueron el uso de los tapetes sanitizantes, el resguardo y limpieza de las maletas una vez abajo del vehículo que transporta a los turistas a su hotel.

Además del uso obligatorio de cubrebocas en áreas comunes, en donde se pone a disposición gel desinfectante, la toma de temperatura y la atención de los empleados para entregar cubrebocas si es necesario.

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Otro de los cambios significativos que ocurrió en el turismo en Quintana Roo fue el cambio en la denominación de actividad no esencial a esencial desde el año pasado, para que la actividad económica se pueda recuperar a un paso más acelerado, en el resto del país apenas se implementará.

“En Quintana Roo, desde el mes de mayo del 2020 el turismo está considerado como actividad esencial. Estaríamos de acuerdo que lo sea a nivel nacional”, dijo Marisol Vanegas, secretaria de Turismo de Quintana Roo.

A medida que los meses pasaron, las implementaciones de la industria hotelera fueron más especializadas y es que diversos países decretaron solicitar pruebas rápidas para detectar COVID-19 en sus ciudadanos, posteriormente pidieron pruebas PCR, la respuesta de la iniciativa privada fue conseguir alianzas con farmacias para poder ofrecer servicios con costos de 300 pesos, cuando en un principio los laboratorios los vendían por más de mil pesos.

Actualmente estas pruebas se realizan dentro del hotel para mayor comodidad del cliente, esta es una nueva adaptación que hasta antes de la pandemia no se imaginó siquiera la industria hotelera.

Jonathan Pantaleón, empleado y encargado de la cocina en una cadena de hoteles, señaló que los cambios más grandes ocurrieron en el área de alimentación en donde las restricciones fueron aún más grandes, esto debido a que los contagios están relacionados directamente con la boca, nariz y ojos.

“La forma de dar alimentos ha cambiado, ahora es directa entre el cocinero y el huésped, ya no es como antes en la que el huésped podía tomar la porción de la comida que le apetecía, ahora se lo pide al cocinero que le facilita su porción. El uso del cubrebocas es hasta que el visitante esté sentado en la silla frente a su mesa”, dijo Pantaleón.

Por su parte Emmanuel Chan, que se desempeña en un hotel señaló: creo que no cambió tanto la hotelería, pero aumentó la frecuencia de lavados de blancos y la limpieza y la implementación del uso del equipo de protección para limpiar una habitación, también incrementaron la medida de cuidados de llegada y salida del personal, y éstas variaban con los colores del Semáforo Epidemiológico”, dijo en exclusiva el trabajador.