Lía y Mark, una joven pareja de Colorado, en los Estados Unidos paseaban por la Terminal Tres (T3) del Aeropuerto Internacional de Cancún, junto a Max, su perro y acompañante durante sus vacaciones de más de 10 días en el Caribe Mexicano; “No tuve corazón para dejarlo solo en casa, me vio con sus ojitos bonitos y no pude decirle que no, somos una familia y debemos cuidarnos, eso lo incluye a él” señaló Lía mientras acariciaba a su mascota color café.
Viajar con una mascota, implica encontrar un lugar en donde pueda disfrutar de espacio para caminar, jugar, comer y dormir, pero esta situación fue resuelta por unos conocidos de Mark; “Unos amigos nos hicieron favor de cuidarlo en su casa, mientras nosotros estábamos en el hotel, él disfrutaba en un patio, con niños, él es muy juguetón, así que seguramente los niños lo van a extrañar” aseguró el caballero de 30 años.
Max, que tiene una año de edad, es en efecto muy amigable, pues mientras platicábamos con sus dueños, dejó que las personas que pasaban lo acariciaran, sin emitir ladrido o gruñido de descontento alguno; “Si lo sigues acariciando se va a quedar dormido y moverlo de aquí va a ser muy complicado” comentaba su dueña, quien también manifestó que el perrito llegó a su vida hace un año.
Dentro del Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC) es muy común encontrar viajeros acompañados de sus mascotas, algunos ocupan una canasta con reja para transportarlo, otros, los dejan libremente circular sobre las tres terminales que se encuentran funcionando y los encierran hasta el momento del vuelo.
MA