"No es la primera vez que nos arriesgamos para poder llevar dinero a la casa, como dicen la vida es un riesgo", así lo dijo Víctor Pérez, un mesero de un restaurante, quien todos los días sale a trabajar como decenas de solidarenses para llevar dinero a su hogar, con el temor de llevar el virus a sus seres queridos, pues advierte que quienes prestan servicios al turismo, corren mucho riesgo, ya que éstos se niegan a acatar los protocolos sanitarios.
Desde que comenzó la reactivación económica decenas de trabajadores han tenido que salir a las calles a buscar el sustento para su hogar, para llevar unos pesos para seguir sobreviviendo como ellos mencionan.
Tal es el caso de Víctor Pérez, un joven de 28 años de edad, quien es padre de familia de una hija que cumplió un año en febrero, asegura que la pandemia llegó en el peor momento, pues con una niña recién nacida se vino a quedar sin trabajo.
"Yo trabajaba en un hotel que desafortunadamente me despidió por la pandemia, ante esta crisis económica me vi en la necesidad de salir a buscar trabajo de lo que fuera, arriesgando mi vida y la de mi familia, pues no sabía si llevaría el virus a mi casa por salir a buscar unos pesos para comer", aseguró.
Además ahora con esta temporada vacacional, asegura que se vuelve más compleja la situación, pues desafortunadamente el turismo se niega a seguir los protocolos, poniendo en riesgo su salud y la de los trabajadores que diariamente salen de sus hogares con la finalidad de llevar un dinero a su hogar.
"En mi trabajo me proporcionaron un cubrebocas de tela que es el que utilizó para atender a los clientes, quienes en automático se lo quitan al ingresar al establecimiento, se niegan a ponérselo cuando van al baño o cuando están esperando sus alimentos, si se sufre, pero ni modos, esta es la nueva normalidad en tiempos de Semana Santa", destacó Pérez.
Por otro lado un joven, quien omitió su nombre, quien trabaja en la zona de playas, destacó que sin importar como se comporte la sociedad él debe de salir a trabajar para poder comer, "lo más triste es que mi esposa y mis hijos se regresaron a Chiapas con su familia, esto para que no se fueran a contagiar aquí, yo les deposito cada lunes el poquito dinero que gano, sé que allá en el rancho no les falta nada y aquí nos faltaría de todo, aquí con 500 pesos como la semana y me sobra para 2 días más, pero ya con hijos la cosa cambia", puntualizó.
CG