La veda es una de las peores temporadas a las que debe enfrentarse un hombre de mar, pues desde el mes de febrero hasta el 30 de julio, varias especies marinas no pueden ser capturadas. La supervivencia de los pescadores ha sido y seguirá siendo difícil en Quintana Roo.
Por más de 40 años, más de 100 hombres han sido parte de jornadas de pescas inolvidables, pero también de días en los que juntan su dinero para que puedan comer comunitariamente. Eso hacían el año pasado, cuando debido a la pandemia del virus del SARS-CoV-2 y las órdenes de Capitanía de Puerto Regional, los hombres de mar tuvieron que permanecer en la costa por meses. Fue hasta septiembre de 2020 cuando fueron autorizados para irse a diferentes zonas del Estado a trabajar.
El pasado 1 de febrero comenzó la veda del pez mero, que es una de las especies que mejor venden, no sólo en las cooperativas pesqueras, sino también a la ciudadanía que se acerca a sus palapas en Puerto Juárez para obtener el producto más fresco. Esta especie se pesca sobre todo en el área de Isla Contoy e Isla Mujeres.
Algunos pescadores dijeron que comenzaron el año con el pie izquierdo, ya que con la veda y el mal clima, se las ven “negras”, pues esta especie es la que mejor venden, pero durante la pandemia no lograron juntar ahorros suficientes para los siguientes meses.
El año pasado con la veda, la pandemia y los fenómenos meteorológicos, entre otras cosas, los hombres de mar han ido sobreviviendo día con día para llevar algo de dinero a sus casas, pues la mayoría de ellos son padres de familia y por ende tienen gastos que afrontar, además de los alimentos.
“Hemos ido sobreviviendo con lo que sale. Entre todos juntamos algo de dinero para la gasolina, carnada y otras cosas que tenemos que llevar, pero el resultado no es satisfactorio, pues ahora el pescado que traemos lo terminamos vendiendo como a 30 o 50 pesos el kilogramo y a veces no te lo compran porque tiene más huesos que carne”, se lamentó David Figueroa Rojas.
Él compartió para periódico Por Esto! mientras arreglaba su arte de pesca, que hace tres días se fueron hacia Isla Contoy para regresar con producto de mar y así generar algo de dinero para sus familias, pero los resultados fueron diferentes a los que imaginaron, pues las cinco personas que van por lancha, en promedio, ganaron cada uno 300 pesos o menos, por una jornada de dos días, lo cual no los beneficia en nada, pues además deben enfrentar los regateos de los compradores.
La veda es la prohibición para pescar especies marinas dentro de un periodo o zona determinada, con la finalidad de contribuir a su conservación y protección.
Hay fechas determinadas para cada especie: del 1 de febrero al 30 de abril entró en veda el pez mero. La langosta del Caribe se debe dejar de capturar del 1 de marzo hasta el 30 de junio. El tiburón está prohibido del 1 de mayo al 30 de junio. El pulpo maya entró en veda desde el pasado 16 de diciembre hasta el 30 de julio. Las fechas son estipuladas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
De acuerdo con el Código Penal Federal, se impondrá pena de hasta nueve años de prisión y hasta tres mil días de multa a quien capture, transforme, acopie, transporte o dañe ejemplares de especies acuáticas declaradas en veda. Si el delito es cometido en un Área Natural Protegida, se adicionarán hasta tres años más de prisión y hasta mil días de multa.
Desde enero, cerca de 100 pescadores, únicamente de Cancún e Isla Mujeres, podrían resultar afectados por los proyectos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), que planea prohibir la captura de tiburón y que únicamente se hagan con la especie actividades turísticas.
El presidente de Cooperativas Pesqueras de Quintana Roo, Baltazar Gómez Catzín, comentó que durante la temporada de pesca, que es en los meses de mayo y junio, llegan a obtener hasta 200 toneladas de tiburón.
“Las cooperativas que tienen el permiso de pescar tiburón van a poder seguir realizándola, pues si están en orden sus papeles ante la Conapesca en Mazatlán no van a tener ningún problema. Sin embargo, en la última plática que se tuvo con la Conanp, comentaron que ya no se iban a otorgar más permisos para esta actividad, ya que se tenían algunos proyectos para que el tiburón se deje únicamente para realizar buceo deportivo, aunque aquí no tenemos las condiciones, aquí la gente vive de la pesca de tiburón”, aseguró Gómez Catzín.
El líder de las cooperativas pesqueras de Quintana Roo explicó que uno de los principales compradores de la especie es China, ya que la mayor parte de la producción se exporta a dicho país.
“Algunos pescadores ya le están perdiendo amor a la pesca de tiburón, pues mayormente eran los veteranos quienes lo hacían. Ahora por la edad, porque algunos ya no están, entre otras cosas, la actividad ha ido disminuyendo. Los pescadores jóvenes no están aprovechando los permisos que tienen y se están perdiendo de obtener mayores ganancias. El gobierno se ha percatado de eso, por lo que quieren que ya no se comercialice la especie”, aseguró Baltazar Gómez.
Holbox, Tulum, Cancún e Isla Mujeres son los principales municipios donde los hombres de mar pescan tiburón. Más de 100 familias podrían ser afectadas en caso de que se prohibiera de capturar la especie.
El sector pesquero fue uno de los más perjudicados durante el 2020, debido a la pandemia mundial por coronavirus y los distintos fenómenos meteorológicos que restringieron la navegación a las embarcaciones menores, dejando pérdidas millonarias para las cooperativas y los pescadores independientes.
Los hombres de mar contaban con que durante enero y febrero tendrían mejores ganancias, sin embargo, eso no sucedió, por lo que algunos han optado por irse hasta un mes en los barcos camaroneros como ayudantes para sobrellevar la temporada de veda.
“Esperemos que este año pueda mejorar la captura en general. Nos vimos bastante afectados el año pasado y estaría muy feo que siguiese decayendo el sector”, dijo Gómez Catzín.
Algunos pescadores arribaron el pasado lunes 5 de abril. Mientras unos descargaban el producto, el cual es refrigerado en un espacio en el barco para mantenerlo fresco, otros descansaban un poco. Estaban felices de haber regresado a casa sanos y salvos, ya que algunos vientos en el mar llegaron a asustarlos, aunque tuvieron una buena pesca, la cual los beneficia económicamente. En ese momento estaban pesando el producto para ser vendido a las cooperativas o a los restauranteros.
MR