Quintana Roo

Pandemia aumentó el trabajo no renumerado de las mujeres en Quintana Roo

Antes de la pandemia cuatro de cada 10 mujeres tenían este problema, sin embargo, ahora se elevó a seis
A las tareas habituales se sumó acompañar a los hijos en su educación virtual / David Pérez

En Quintana Roo se incrementó el trabajo no remunerado de las mujeres desde que inició la emergencia sanitaria por COVID-19. Antes de la pandemia, cuatro de cada 10 tenía este problema, sin embargo, esto se elevó a seis, ya que continúan con las labores domésticas y se suma el acompañamiento escolar de los hijos, dijo Silvia Damián López, titular del Instituto Quintanarroense de la Mujer.

La pandemia evidenció las desigualdades laborales y la falta de corresponsabilidad en las tareas domésticas entre todos los miembros de una familia, así como la vulnerabilidad económica a la que ellas han estado expuestas.

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Dedicar el 100 de la energía y tiempo al trabajo, al cuidado de la casa y de los hijos e hijas, sin poder desconectarse de todas esas labores, provoca estrés, ansiedad, frustración y culpa, al no sentirse capaces de cubrir todos los ámbitos de sus vidas.

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Una mujer tiene en promedio entre dos y tres hijos, cada uno en diferentes grados escolares, sin embargo, hay sólo una computadora o televisión en casa así que, las madres tienen que organizar el tiempo para que cada hijo envíe sus tareas a tiempo. Esta dinámica desbalanceada puede deberse a un viejo hábito que aún forma parte la sociedad con base en el género. De acuerdo con los principios relacionados con las labores, el trabajo pagado o profesional, por definición, vale más que las labores del hogar.

El primero puede ser monetizado y tiene un valor económico claro, el otro carece de una tabulación que le asigne un valor económico medible, sin embargo, sus resultados pueden tener más alcance y significación que un trabajo de oficina.

Tradicionalmente, el trabajo para el sustento de una familia se ha asignado a los hombres, y aunque hoy en día la fuerza de trabajo se comprende de una presencia femenina competitiva, aún es común ver a los hombres como el sostén económico del hogar. Esto afecta seriamente la capacidad de las profesionistas para trabajar las mismas horas, dado que, a diferencia de sus equivalentes masculinos, se espera que asuman el rol principal en las tareas del cuidado del hogar y de los hijos.

Es por ello que el Instituto Quintanarroense de la Mujer está trabajando constantemente con las mujeres en talleres, para ayudar en su autoestima, además de incentivar a este sector a emprender en algo que ayude a tener un equilibrio en su vida, además de enseñar hasta qué punto el abuso de carga de trabajo también es un tipo de violencia.

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CI