El sargazo sigue afectando las costas de Quintana Roo, ayer 36 playas de la entidad tuvieron presencia de abundante a excesiva de la talofita pese a los esfuerzos de la Secretaría de Marina (Semar) para reducir la llegada de este tipo de alga en el Caribe Mexicano.
De acuerdo con el informe diario que hace la organización Red de Monitoreo del Sargazo (RMS), al menos 36 playas de Quintana Roo tienen presencia abundante de la macroalga marrón flotante, de las cuales ocho tienen “presencia excesiva”, afectando sobre todo las zonas Norte y Centro del Estado.
Los arenales catalogados con arribo excesivo de sargazo son ocho y están en los municipios de Tulum y Cozumel, específicamente las playas de la Zona Hotelera Norte y Sur de Tulum, la playa localizada bajo la Zona Arqueológica, Punta Piedra y Arco Maya, en ese destino turístico; en Cozumel en Punta Molas, Xhanan y Playa Bonita.
Con arribo abundante hay 28 arenales y 15 con moderado, entre los que destacan las de Cancún, como Playa Delfines, Nizuc, Coral, Riviera Cancún, la que se encuentra frente al Moon Palace, en Bahía Petempich, Puerto Morelos y Punta Brava.
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También Playa Fundadores, Playacar ferry, Playacar zona hotelera, Puerto Aventuras, Barceló Maya, Xpu ha, Kantenah, Akumal, Bahía Príncipe, Xcacel-Xcacelito, Punta Solimán y Tankah, localizadas entre los municipios Solidaridad y Tulum.
En el registro de la RMS también se enlistan las playas con poco o sin sargazo, que son: Isla de Holbox, isla Contoy, Isla Mujeres, Playa y Costa Mujeres, los arenales de la parte Norte de la Zona Hotelera de Cancún, la Zona Oeste de Cozumel, que está catalogada como sin presencia de sargazo y la Laguna de Bacalar, que tampoco tiene presencia de la talofita.
Por su parte, la organización Sagassum Monitoring, que vigila esta alga a nivel mundial, explica que los investigadores del Instituto Oceanográfico Harbor Branch de la Universidad de Florida y sus colaboradores han descubierto cambios dramáticos en la química y composición del sargazo, transformando este organismo vivo vibrante en una “tóxica zona muerta”.
Estos hallazgos, publicados en Nature Communications, sugieren que una mayor disponibilidad de nitrógeno de fuentes naturales y antropogénicas, incluidas las aguas residuales, están apoyando la generación de un tipo de sargazo nocivo con impactos catastróficos en los ecosistemas costeros, las economías y la salud humana.
CG