Una pareja de danzantes prehispánicos señalaron que sufrieron discriminación después que se manifestaron de manera pacífica afuera de la iglesia Corpus Christi en Cozumel.
David Martínez y Diana Velázquez dijeron que el párroco Michel Bordons echó para atrás la invitación que les hizo para que se presentaran en el sitio; el nuevo argumento, es que no podía aceptar a bailarines que recrean 'rituales satánicos'.
Los quejosos llegaron a las 19:00 horas de ayer al sitio ubicado en colonia Forjadores para bailar después de la misa. Sin embargo, dijeron que cuando estaban encendiendo el incienso, un grupo de feligreses se acercaron para pedirles que no interrumpieran la misa.
Ellos se defendieron alegando que sólo pretendían mostrar una ofrenda por el día que se festeja el recibimiento del cuerpo de Jesucristo, pero sobre todo, por la indignación que les causó el dirigente de la iglesia al decir que representan un culto satánico.
Una asistente a la capilla se acercó para mediar y pedirles que les permitieran acabar con la misa.
David y Diana, quienes dicen que son representantes de la Virgen del Carmen, respondieron que estaban de acuerdo, como habían pactado. “El asunto es que nos minimizaron y ningunearon. Porque no somos ningún rito satánico; al contrario, celebramos la vida, la homilía, a Dios. Todos tenemos que entender que somos hombres del maíz y de la tierra, es la única manera de convivir”.
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Relató que hace dos semanas el padre Michel Bordons lo contactó para invitarlo a danzar con otros bailarines después de la misa. Sin embargo, días después el párroco les llamó y les dijo que retiraba la invitación, pues sus prácticas son satánicas. “Nos dijo que estaba dispuesto a pagar lo que fuera para que no viniéramos, la idea era disuadirnos”.
Interviene la policía
Ante la molestia de los feligreses porque no se iba la pareja de danzantes, alegando que el humo del incienso les molestaba, llamaron a los policías; al llegar, los uniformados les pidieron que se fueran de la calle porque estaban cometiendo una falta administrativa y no iban a permitir que se quedaran afuera del templo. David Martínez explicó a los agentes que no pretendían causar un caos, pero que veían injusto que los quisieran echar.
Los bailarines arraigados en Playa del Carmen insistieron que desde un principio su participación sería para hacer una ofrenda de corazón a Dios, pero ante la insistencia de los policías decidieron marcharse de manera pacífica.
CG