A 28 años de su creación, Solidaridad, el segundo municipio más poblado de Quintana Roo, con 333 mil 800 habitantes, cuenta con menos de mil policías destinados a mantener la seguridad de una ciudad en constante flagelo por la violencia.
En lo que va de este año, se han registrado 54 homicidios y 119 denuncias por narcomenudeo. Durante los primeros cinco meses hubo 523 robos (a transeúntes, casa-habitación y vehículos).
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Hace casi tres décadas, esta localidad sólo contaba con una patrulla municipal, (“La Julia, la 04”, la llamaban), una estatal y dos motopatrullas. Había 20 elementos, 10 asignados a seguridad pública y los otros a tránsito. Eran suficientes, porque la incidencia delictiva era mínima. Al menos, así lo recuerda Wilberth Alejandro Palma Perera, quien inició como policía de Cozumel, asignado a esta plaza; hoy continúa en la corporación, pero en grado de Comandante.
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“Las personas sólo ingresaban a los separos por faltas administrativas; si acaso una o dos a la semana por agresiones, pero eran los que se pasaban de copas que salían peleando”, recuerda.
Percances esporádicos
Wilberth A. Palma fue el primer Subdirector de Seguridad Pública en la administración del recién creado Municipio, encabezada por Ramón Severo Angulo Novelo. De esa corporación es el más antiguo; quedan muy pocos; uno de ellos falleció hace poco, de COVID-19; estaba en Tránsito.
Recuerda que el accidente que detonó para que la popular Quinta Avenida se quedara sólo como peatonal, fue de un camión refresquero que atropelló a una persona cuando entró a dejar mercancía en la avenida Juárez. Sin embargo, esa arteria sólo llegaba a la calle 4. Hoy llega hasta la colonia Nicte-Há, pasando la calle 110 donde concluye la colonia Luis Donaldo Colosio; incluso llega hasta Xcalacoco, pero que al no darle continuidad el gobierno actual, se pierde entre la maleza (como los vestigios mayas que también hay por ese lugar, olvidados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia).
Llegaron los delitos
Según él, la ciudad “en el pecado llevó la penitencia”, porque con el desarrollo y crecimiento, también llegaron delitos mayores.
Al principio no había asaltos; “podías dormir en el parque (Fundadores), esperar el barco a Cozumel y nadie te molestaba. Ahora te duermes y no encuentras nada”, reconoce.
Los asaltos empezaron, dice, cuando una empresa en Playacar trajo muchos trabajadores que tomaban y alteraban el orden.
De esos tiempos nada queda. Este año, hasta mayo, hubo 523 robos, entre negocios, casa-habitación, transeúntes y vehículos; gran parte de ellos, con violencia.
Refiere que incluso era fácil reclutar elementos; bastaba con ir al parque Lázaro Cárdenas de la colonia Luis Donaldo Colosio; preguntaban a chiapanecos que llegaban si querían ingresar a las filas policiacas; “los contratábamos sin importar si tenían estudios. Ahora tenemos la fortuna que nos capaciten, yo ya estoy terminando mi licenciatura”.
Esa corporación que inició con 16 policías hoy tiene 960, según el convenio firmado por el Ayuntamiento de Solidaridad con Thona Seguros para la adquisición de pólizas.
El primer feminicidio
Relata que la primera persona muerta en el municipio de Solidaridad fue una mujer en la colonia Gonzalo Guerrero; el autor fue un policía, exmilitar, quien mató a su esposa, la apuñaló por la espalda y se dio a la fuga. Hoy la situación es distinta, asesinatos casi a diario y cada vez más feminicidios.
Este año, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), van 56 homicidios dolosos, aunque podrían ser casi 70, de acuerdo con restos encontrados.
“Lo dejamos crecer (el delito), no la ciudadanía, sino la corporación, porque si tuviéramos las herramientas esto no crece tanto. Desafortunadamente hay cosas que no puedes decir porque lo toman a mal, pero yo vivo aquí y la seguridad de mis hijos es importante”, destaca.
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Con casi 34 años de servicio, el Comandante Palma, quien ha sido testigo del desarrollo y el ocaso de la ciudad en materia de seguridad, considera que para rescatar Solidaridad se requiere alguien que viva en este lugar, que conozca, que no llegue de fuera.
CG