El 70 por ciento de los 100 sistemas de riego fue dañado por los delincuentes, quienes se llevan tuberías, cables y transformadores, con valor de 200 mil pesos. 'El cártel del cobre' los desmantelan poco a poco ante la nula vigilancia de la policía en las 35 mil hectáreas de cultivos de caña de azúcar en la Ribera del Río Hondo, señalaron los productores Juan Manuel Lara y Armando Mosqueda Junes.
Las pérdidas se estiman en 30 millones de pesos; sin embargo, no se denuncian todos los casos porque la Fiscalía General del Estado (FGE) no ha resuelto ningún caso ni detenido a los infractores. Contratan vigilantes para cuidar los equipos que se tienen en diez de los quince ejidos cañeros.
Juan Manuel Lara Duarte, productor de caña en el ejido Cacao, con más de 30 años de experiencia, afirmó que desde hace cinco años decidió entrar en la tecnificación del campo para obtener un rendimiento de más de 60 toneladas por hectárea de caña, por lo que solicitaron apoyo para instalar sistemas de riego.
Con esfuerzos logró reunir los recursos para instalar un sistema de riego con costo total de entre dos y tres millones de pesos, aunque otros tienen un mayor costo; sin embargo, el personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) demoró en instalarlo a la red, y cuando intentó probar el equipo se dio cuenta de que la red subterránea ya se la habían robado, luego los pivotes y el medidor.
Afirmó que se gastó 300 mil pesos en la compra del equipo que le robaron, pero las personas que se llevaron los cables, cuando mucho, habrán sacado 30 kilos de cobre y al venderlo en las chatarrerías les habrán pagado dos mil 910 pesos, porque en el “bajo mundo” el kilo de cobre se paga a 97 pesos, pero el daño que le causan al productor es mayor.
Aseguró que acudió a las oficinas de la Fiscalía General del Estado (FGE) a poner la demanda, pero hasta la fecha no enviaron personal para verificar el robo de cables. Entonces, esa es una de las razones por las cuales los afectados no acuden a poner su denuncia.
Por su parte, Armando Mosqueda Junes expresó que los productores de caña, ganaderos y de granos se han esmerado en ahorrar durante años, para adquirir sus sistemas de riego; sin embargo, la mayoría no está funcionando al 100 por ciento, debido que las personas que se dedican al robo de cobre se han llevado parte de la cablería.
Estas inversiones son objeto de la delincuencia, ya que amantes de los ajeno se roban el cable de cobre, el equipo de bombeo, aspersores e incluso los transformadores, con valor de hasta 200 mil pesos.
Una cosa trae otra consigo y los sistemas de riesgo han quedado ahí, sin ser utilizados y siendo víctimas de delincuentes que los van desmantelando poco a poco.
Por su parte, José Antonio Delgado González señaló que varios sistemas de riego están inmovilizados y se frena el desarrollo del campo, porque no puede trabajar al 100 por ciento.
La mayoría de los afectados no denuncia porque sabe que la Fiscalía General del Estado no le da un seguimiento al caso, lo que hace el afectado es comprar las partes que les robaron y contratar un vigilante para que se encargue de inhibir el robo.
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Aunque no todos los cañeros tienen recursos económicos para pagar un sueldo de 150 pesos diarios, porque al año estaría gastando 54 mil 750 pesos, lo peor es que con todo y velador te roban, porque las personas que se dedican a esa ilícita actividad, también te están vigilando, señaló.
La Policía Quintana Roo no hace recorridos por la zona cañera para prevenir los robos, pues ellos mismos señalan que no tienen el suficiente combustible para mover las patrullas, ante esa situación se están tomando otras medidas, acotó.
Señaló que los cien sistemas de riego se encuentran en la zona cañera, de los cuales el 80 por ciento son para el riego de la caña de azúcar ,15 por ciento para la ganadería y cinco por ciento para granos básicos (maíz y frijol), del total, el 70 por ciento ha sido visitado por los amantes de lo ajeno.
Finalmente, dijo que en Sacxán hace una década se tuvo un moderno y sofisticado equipo de riego para 500 hectáreas, pero hoy no queda ni la huella de lo que fue.
JCL