Muchos estudiantes se vieron obligados a abandonar los estudios por circunstancias que les dificultaban tomar clases en línea, pero la cozumeleña Diaydre Guadalupe Yam Rodríguez no estaba dispuesta a dejar escapar la oportunidad de alcanzar su meta, cuando estaba a un año de lograrlo.
Desde hace cuatro años dejó su tierra para continuar con sus estudios universitarios en el Instituto Superior de Educación Normal, en Mérida, Yucatán.
Al principio todo marchaba bien hasta que apareció el SARS-CoV-2. En 2020, cuando le faltaba un año para acabar la licenciatura en Educación Preescolar. “Fue muy complicado porque esta carrera requería ejercer la práctica de manera presencial con niños y resultó muy difícil llevar un seguimiento”, dijo.
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Indicó que tuvo que trabajar y estudiar al mismo tiempo para ayudar a sus padres con el financiamiento de su universidad.
“Hacía mis prácticas profesionales por las mañanas, en un lapso de tres a cuatro horas y por las tardes tomaba clases virtuales. Afortunadamente en los lugares donde trabajé me dieron facilidades para realizar mis tareas escolares; para ello llevaba una laptop y, con lo que ganaba, pagaba el servicio de luz e Internet. Definitivamente este año de pandemia y educación virtual ha revolucionado en muchos aspectos la educación”, comentó.
Diaydre Guadalupe se empleó en lo que podía, pues su objetivo era claro: terminar su universidad, “costara lo que costara”, por lo que trabajó en una florería, como recepcionista en consultorios médicos, incluso en un jardín de niños como maestra del área de maternal 3 y de primer año de kínder, antes de la pandemia, lo que le sirvió para interrelacionarse con su vocación.
Finalmente, el esfuerzo le valió la pena pues, a pesar de la complicada situación sanitaria, se quedó en la “Blanca Mérida” para continuar con sus estudios de manera virtual, pero siempre con el temor de infectarse.
Con 24 años de edad, orgullosa dijo: “puedo presumirle a mis tíos abogados y enfermeros que también soy toda una profesionista con el enorme deseo de volver a pisar un aula y tener enfrente a mis alumnos”.
“Hay que tener gusto y vocación para desempeñarse en esta profesión, ya que requiere de mucha dedicación, compromiso y paciencia” dijo.
Debido a la emergencia sanitaria, solamente se llevó a cabo la ceremonia del examen profesional, de manera virtual, y una sesión de fotos grupal en una hacienda, respetando los protocolos de seguridad e higiene.
Su siguiente paso es lograr una plaza en la Secretaría de Educación Pública y ejercer la licenciatura en Mérida ya que, por el momento, no está dentro de sus planes regresar a Cozumel.
El nombre Diaydre significa “flor egipcia”, sin lugar a dudas, esta joven cozumeleña es un digno ejemplo de perseverancia y constancia, pues a su corta edad es una profesionista con mucha hambre de desenvolverse en el campo de batalla, después de una prolongada preparación de cuatro años en la que invirtió tiempo, esfuerzo y dedicación.
Su educación en Cozumel la hizo en el jardín de niños “Eva Sámano de López Mateos”, en la Escuela Primaria “Benito Juárez García”, Secundaria Técnica “José Vasconcelos” y en el Colegio de Bachilleres.
Se encuentra lista para formar hombres y mujeres de bien como licenciada en Educación Preescolar, un ejemplo para la llamada “Generación de Cristal”.
JCL