Embarazadas de entre 20 a 24 años registran el mayor índice de enfermedades extremadamente graves, con 296 casos en total, los cuales colocan a Quintana Roo en el tercer lugar nacional con mayor razón de morbilidad extremadamente grave, con el 6.6 por cada 100 recién nacidos vivos.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), las embarazadas hipertensas encabezan la lista con el 42.8 por ciento y quienes sufren de hemorragias obstétricas figuran con el 14 por ciento.
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Uno de los principales factores de estos padecimientos, asegura el subdirector del Hospital Materno-Infantil Morelos, Salvador Espinoza, es la falta de control prenatal. “Algunas acuden a hospitales o clínicas de primera atención cuando ya tienen incluso 30 semanas, algunas llegan al hospital porque ya se sienten muy mal y sin atención de su embarazo”.
La preeclamsia, derivada muchas veces de la hipertensión que ya se padece por parte de las embarazadas, explicó, es una complicación del embarazo caracterizada por presión arterial alta y signos de daños en otro sistema de órganos, más frecuentemente el hígado y los riñones, pero ésta puede ser prevenible, ya que comienza después de las 20 semanas de embarazo en mujeres cuya presión arterial había sido normal y controlable. “Por ello es tan importante el control prenatal, porque a través de los estudios, ultrasonidos y análisis se puede prevenir la morbilidad extremadamente grave”, indicó el galeno.
El grupo de edad con mayor número de casos es el de 20 a 24 años; no obstante, la razón de morbilidad extremadamente grave es mayor en las mujeres de 45 a 49 años (10.6) por 100 nacidos vivos; sin embargo, afirmó el profesional de la salud, se cuenta con la infraestructura para que las mujeres en gestación puedan acudir a recibir la atención en los centros de salud del Estado. “La atención es gratuita, pero algunas llegan desnutridas, sin haber tomado los medicamentos propios de una mujer en esta condición, vitaminas, ácido fólico, hierro, lo que complica la atención”, afirmó.
De acuerdo con datos del Sinave, sólo el 44.9 por ciento de las mujeres embarazadas llevó más de cuatro consultas en su atención prenatal y hasta la semana epidemiológica 30 de este año, el 53.7 por ciento de las mujeres ingresadas por morbilidad materna extremadamente grave egresaron por mejoría; es decir, se logró el control de la morbilidad que presentaban y, tras algunos días internadas, fueron dadas de alta; mientras que el 66.6 por ciento de los casos se ha resuelto por cesárea. “Algunas veces, por la complicación tan grave con la que llegan, se debe de practicar una cesárea, de esa forma podemos atender de manera rápida a la madre, para evitar perderla y atender de igual manera al bebé con especialistas; de esta forma ambos pueden recuperar la salud”, explicó el doctor Salvador Espinoza.
En tanto, el 20.9 por ciento de las mujeres fue sometida a cirugía adicional por complicaciones en el parto y el 30.7 por ciento requirió trasfusión sanguínea, debido a la gravedad que presentaban. “Sobre todo si se presentó alguna hemorragia obstétrica o alguna otra complicación por el estado en el que llegó, por ejemplo, anemia”, indicó el subdirector.
“El 3.9 por ciento de los recién nacidos de madres con morbilidad materna extremadamente grave mueren generalmente si la madre no llevó un control prenatal, no se da cuenta de la condición de su bebé, si tiene alguna malformación, o alguna complicación derivada de la enfermedad que padece. Muchas veces los bebés cuando nacen presentan desnutrición, complicaciones en su salud debido a las infecciones que la madre presentó en el periodo de gestación y no fueron atendidas, por el motivo que sea; entonces, eso complica la atención, lo que conlleva lamentablemente a un fallecimiento”, concluyó el subdirector del Hospital Materno-Infantil José María Morelos.
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JCL