Con más de 20 años de experiencia, el músico Luis García, mejor conocido en Chetumal como el “Chico del Barrio” tiene un año y medio que no tiene trabajo como consecuencia de la pandemia del COVID-19 en Quintana Roo, por lo que para sobrevivir hace fletes en su vieja camioneta, vende cosas que no le sirven, o lo que sea para poder solventarse.
El también imitador de varios artistas, destacó que el último evento en el participó fue en el Carnaval de Chetumal 2020, porque días después llegó la pandemia del COVID-19 y se prohibieron todo tipo de eventos para evitar aglomeraciones, por momento se pensó que sería un mes o dos cuando mucho, pero han pasado 18 largos meses y no se ve una solución al problema de salud, sino todo lo contrario.
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Los músicos no estaban preparados para el confinamiento, pues todo mundo sabe que los artistas son alegres por naturaleza, porque tienen como misión divertir a la gente, pero ya tiene año y medio que están alejados de su público.
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Por la pandemia los eventos sociales son los más perseguidos peor que al crimen organizado, y de ello se encarga el personal de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), en la capital del Estado clausuraron como cuatro eventos el año pasado.
Las agrupaciones musicales, tecladistas, tríos, mariachis y guitarristas tienen un año y medio sin ingresos económicos por su actividad, algunos salen a las calles de Chetumal a pesar de la pandemia para cantar un rato y pedir apoyos con el objetivo de llevarle un poco de alimento a su familia.
Luis García, afirmó que en su caso ha trabajado de ayudante de mecánico con sus hermanos, ha vendido de manera desesperada parte de su equipo electrónico, incluso ha habilitado su camioneta para mudanzas, sin embargo, la poca fortuna sigue acompañando.
Destacó que sus compañeros trabajan como repartidores de comidas, otros le entraron a la venta de antojitos, pero ese segmento está saturado porque otros grupos de personas que están desempleados están haciendo su lucha para sobrevivir en estos tiempos de pandemia.
Está en espera nuevos tiempos para volver a estar con su público al cual extraña mucho, ya falta poco solo hay que cuidarnos para evitar el incremento de contagios por COVID-19.
Por su parte, el dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Leopoldo Sosa Cetina, expresó que los 300 músicos que radican en la capital del estado tienen un año y cuatro meses que no laboran por la pandemia del COVID-19, por lo que para sobrevivir se dedican a la venta de comida o se emplean como moto repartidores. Aunque el 50 por ciento emigró a la Riviera Maya y Cancún en busca de mejores oportunidades.
La central obrera, no ve la luz del túnel, se nos pide paciencia; sin embargo, ya hay desesperación en las familias. Los músicos no están trabajando, los meseros no tienen trabajo, los fotógrafos tampoco, porque no hay eventos sociales por la pandemia del COVID-19, lo cual ya es preocupante por la situación económica en la que se encuentran.
Sosa Cetina, dijo que la fuente laboral que se tiene en el municipio de Othón P. Blanco es terrible, porque se tienen prohibido los eventos sociales en el Estado de Quintana Roo, pero más en la zona sur en donde ya se han clausurado fiestas, situación que no sólo dejó sin trabajo a los músicos, sino también a los meseros, fotógrafos y camarógrafos.
Son 500 en total: 300 músicos, 100 meseros y 100 fotógrafos, todos ellos desde el mes de marzo del año pasado se quedaron sin sus fuentes de empleo.
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El gobierno nos ha pedido paciencia, pero el problema es que las familias de los trabajadores de los músicos necesitan dinero para alimentarse y no hay trabajo por la falta de eventos sociales.
CG