Los humedales costeros, particularmente los manglares, son una especie protegida en México y desempeñan un papel importante para el ser humano, a partir de la gran variedad de servicios ambientales que prestan, entre ellos, su función como hábitat de apoyo a las pesquerías de la plataforma continental, pues son zonas de alimentación, refugio y crecimiento de crustáceos y alevines, por lo que propician y garantizan una alta producción pesquera.
Asimismo, destaca la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad, representan una fuente de energía (producción de leña), además de que poseen un alto valor estético y recreativo.
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Otra de sus funciones es que son sistemas naturales de control de inundaciones en la zona costera, a la vez que forman barreras contra huracanes e intrusión salina, controlan la erosión, además de que actúan como filtro biológico que envuelve nutrientes y toxinas de la tierra, por lo que mejoran la calidad del agua.
También sirven como hogar de varias especies de flora y fauna silvestre. No obstante su gran importancia ecológica, económica y social, la extensión de los manglares a nivel global se redujo aproximadamente 35% en los últimos 20 años, en gran medida por la deforestación asociada a la camaronicultura y el desarrollo turístico.
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JG