La enfermedad de Hansen, o mejor conocida como lepra, aún no es erradicada en México. Y es que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud (SSa), se han registrado 88 casos en 23 Entidades del país en lo que va del 2022; la Península de Yucatán ha reportado el 6.82 por ciento de los diagnósticos, mientras que Estados con mayor número de población no han presentado casos en más de un año.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la Ciudad de México tiene 9 millones 209 mil 944 de habitantes, Entidad donde la SSa no ha reportado un solo caso de lepra en lo que va del año; mientras que el Estado de México, cuya población suman 16 millones 992 mil 418 de habitantes, no ha tenido casos de la enfermedad de Hansen desde el 2020.
La autoridad de salud federal indica que la lepra o enfermedad de Hansen es un padecimiento transmitible causado por las bacterias Mycobacterium Leprae y Mycobacterium lepromatosis, las cuales producen una aflicción crónica que puede dañar la piel y los nervios del cuerpo. Incluso, puede llegar a afectar otros órganos hasta ser total, al deformar y discapacitar a las personas si no se trata de manera adecuada y oportuna.
En el caso de la Península, hasta el 15 de agosto se han reportado seis casos de lepra: Quintana Roo es la Entidad que más enfermos ha registrado, con cuatro, y solo tiene 1 millón 857 mil 985 habitantes. En tanto que en Yucatán, cuya población es de 2 millones 321 mil 898 habitantes, y Campeche, con 928 mil 363 de mexicanos, cada Entidad ha reportado un caso de la enfermedad de Hansen en el mismo periodo de tiempo.
En ese contexto, todavía en 2022 en diversas partes del mundo continúan siendo un problema de salud pública y aunque en México los casos no han llegado a la cifra de 100 contagios, la lepra está en proceso de eliminación, según afirma la SSa.
Por un lado, de las 23 Entidades, las que han reportado más casos de lepra son: Sinaloa, con 18; Jalisco, con 11; Guerrero, con 10; Michoacán y Morelos, con cinco cada una. Luego siguen Quintana Roo, Nuevo León, Oaxaca y Puebla con cuatro casos.
Además, la lepra es una de las enfermedades más antiguas en la historia de la humanidad; incluso, es difícil señalar con exactitud cuándo y en qué lugar del mundo surgió; el primer registro se encuentra en el escrito de la India “Suchruta samhita”, del año 600 antes de Cristo.
Según algunas investigaciones sugieren que esta enfermedad transmitible se extendió por rutas migratorias de los asentamientos humanos del Este de África hacia Asia y de allí se propagó a Europa, de manera que luego llegó a América. Aunque también hay teorías que indican que la lepra se desarrolló de manera simultánea en distintas regiones del planeta.
En la antigüedad, la gente con lepra era tratada de manera inhumana y excluida de la sociedad. En la actualidad, ese estigma continúa, por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugirió evitar usar el término “lepra” y recurrir al nombre de enfermedad de Hansen.
Algunos de los síntomas de la lepra incluyen lesiones en la piel, nervios agrandados, la presencia de bacterias acidorresistentes en las escamas cutáneas. Esta enfermedad se diagnostica mediante pruebas de histopatología, es decir, de tejidos dañados, tanto para la confirmación como para su clasificación. Además, también se puede establecer epidemiológicamente, si se tiene el antecedente de vivir o haber vivido con una persona enferma de lepra o en un área endémica.
La Secretaría de Salud señala que la lepra es una enfermedad que, pese a sus afectaciones, es tratable y curable, gracias a la poliquimioterapia. También es necesario un diagnóstico y clasificación del tipo de lepra para determinar un tratamiento adecuado que se ajuste a ciertos rangos de edad. La OMS recomienda usar rifampicina, clofazimina y dapsona; el tratamiento puede durar entre seis meses y dos años en el paciente.
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JG