El Instituto Nacional de Migración (INM) deportó a 551 personas desde Quintana Roo, hasta septiembre del 2022, debido a que no pudieron acreditar su estadía legal en el país o no contaban con los elementos suficientes para entrar a territorio mexicano, de acuerdo con el informe más reciente de la Unidad Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob).
El mes en el que más se deportó a extranjeros desde el Caribe Mexicano fue en febrero, con 136; seguido de septiembre, con 112; marzo, con 98; junio, con 59; enero, con 15, y mayo, con cinco, lo que deja ver que las deportaciones aumentan en las temporadas vacacionales.
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“Estos eventos de deportación se refieren a devoluciones de migrantes a su país de origen que no observaron las disposiciones contenidas en la Ley de Migración y su Reglamento, según lo previsto los Arts. 111, 115, 118 y 122 de dicha Ley y de los Arts. 242 y 243 del Reglamento, previo proceso administrativo de presentación, según lo establecido en el Art. 99 de la misma Ley”, se lee en el informe.
A nivel peninsular, el Estado lideró en el número de deportaciones, pues Yucatán registró 358, mientras que Campeche registró 218 durante el mismo periodo; mientras que a nivel nacional, Chiapas lidera la lista con 19 mil 375; le sigue Veracruz, con 12 mil 630 y Sonora, con 8 mil 286.
Más de 80 menores entre los deportados
Entre los deportados desde el Estado hubo 83 menores de edad, de los cuales, 56 tenían de 12 a 17 años; mientras que 27 tenían de 0 a 11 años; por su condición, tuvieron que tener una deportación asistida por las autoridades migratorias.
La mayoría de ellos se encontraban acompañados por un adulto al momento de su aseguramiento, pues de acuerdo con la dependencia, 49 de ellos fueron regresados a sus países en la presencia de un mayor de edad, mientras que dos estaban solos y dijeron desconocer dónde estaban sus tutores.
La mayoría de los menores deportados desde el Estado son hondureños, con 30 casos; seguidos de los cubanos, con 12; los guatemaltecos fueron ocho; mientras que los restantes niños y jóvenes se reparten entre nicaragüenses, argentinos, brasileños y colombianos.
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