Sepultan a dos de los cuerpos hallados en Chikindzonot, Yucatán, en Nicolás Bravo

En el Kilómetro 70 –nombre con el que también se le conoce a Nicolás Bravo– todos saben de la muerte de los ocho cuidadores del rancho Loma Bonita que fueron secuestrados en Xcalak, pero nadie habla del tema por temor o seguridad, y sólo se limitan a lamentar el hecho y desearles a las víctimas un eterno descanso. Ayer, dos de ellos fueron sepultados en el cementerio de la comunidad, luego de un servicio religioso.

Nicolás Bravo tiene más de 3 mil 600 habitantes; es la puerta que enlaza a Quintana Roo con el Centro del país, a través de la carretera 307. Se ubica a 70 kilómetros de Chetumal, trayecto que en automóvil se recorre en 40 minutos.

Este poblado es el paso obligado y parada de tráileres que, desde el Centro del país traen provisiones al estado. Por ese motivo, desde hace años se registran atracos contra unidades de grandes cadenas de tiendas de autoservicio, y en general, las que transportan mercancías.

Sin embargo, la noticia que impera en la comunidad no fue el asalto a algún tráiler, o el desabasto de agua potable que enfrentan localidades vecinas, sino el homicidio de tres pobladores, quienes hace un mes fueron contratados para cuidar el rancho Loma Bonita, en Xcalak.

Los habitantes no hablan de lo ocurrido. Al escuchar del tema prefieren evadirlo y se limitan a contestar: “que descansen en paz” o “que Dios los tenga en su Santa Gloria”.

A las afueras del poblado, en dirección hacia Xpujil, Campeche, se encuentra el panteón, cercado rústicamente, y en el que no se ubica una entrada; básicamente las personas pueden ingresar por cualquier parte.

En la calle aún hay rastros de cemento y grava, señal que en esa zona se hizo recientemente la mezcla para cubrir las tumbas de dos de los occisos que fueron enterrados la mañana de este jueves.

A menos de cinco metros de la carretera se encuentra la primera tumba. Tiene una rústica cruz de madera y cuatro veladoras, aún encendidas, pero es imposible saber a quién pertenece, porque no tiene ninguna inscripción sobre el cemento fresco.

La segunda tumba está en el extremo Este del panteón, justo en los límites del predio. En esta no hay ninguna cruz, pero sí siete veladoras y cuatro arreglos florales azules. Sobre la cripta se escribió, en el cemento fresco, la palabra “CAMPA”. Tampoco es posible saber a quién pertenece.

Los trabajadores del cementerio únicamente indicaron que el entierro fue una hora antes de la llegada del equipo de Por Esto!; que la gente se retiró apenas se sellaron las bóvedas, y que previo al entierro, a cada uno les hicieron un servicio religioso.

La Fiscalía General del Estado ya realizó la entrega de los seis cadáveres encontrados en Chikindzonot, Yucatán, y que correspondieron a los hombres levantados en la comunidad Xcalak, en el municipio de Othón P. Blanco, en la Costa Maya de Quintana Roo. Tres de ellos eran de Nicolás Bravo; los demás de otros poblados.

Desde hace más de un año, el luto también invadió a la comunidad. En agosto de 2021 fue encontrado el cadáver de un hombre identificado como “Agustín”. Junto a él había un mensaje con amenazas. El cuerpo de su esposa, de nombre “Estephany” y maestra de profesión, fue localizada en otra zona del poblado, el mismo día.

La presencia de la delincuencia es evidente. En septiembre del 2021, la Policía Quintana Roo y el Ejército Mexicano aseguraron una camioneta y un vehículo compacto en el que hallaron armas de grueso calibre, cinta industrial y chalecos blindados, luego que varios hombres intentaron levantar a una persona identificada como Juan N.

Aunque con la entrega de los cuerpos, los familiares decidieron cerrar ese episodio en sus vidas, pues manifestaron no tener la intención de colaborar con las autoridades. La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo aún trabaja para esclarecer lo sucedido a los ocho cuidadores del rancho Loma Bonita.

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JG