En el tianguis de la colonia Luis Donaldo Colosio la oferta por productos originarios de Chiapas responde a la demanda de la población en Solidaridad, sobre todo en dicha zona de la ciudad, donde la mayoría de los vecinos son provenientes de poblaciones como Palenque, Comitán, San Cristóbal de las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Ocosingo, entre otros, los cuales la migración a generado que éstos busquen los sabores que conocen desde pequeños.
Lo anterior, lo compartió la vendedora Mari, quien los fines de semana comercializa pan hecho a leña, con los ingredientes que utilizan en su pueblito en Chiapas, Yajalón.
- ¿Cuál es la diferencia del pan chiapaneco? -, se le cuestionó.
“Está rico, pero es mejor el de mí pueblo, porque acá le echamos muchas cosas, además la humedad nos causa problema para hacer el pan, pero ya aprendimos”, dijo con su acento tzeltal.
La vendedora mencionó que con 20 años viviendo en Playa del Carmen a su población ya no regresa, porque sería solamente si quisiera morirse de hambre.
“Yo hablo poco español, pero ya me compra la gente de mi estado, los que ya conocen el producto y lo buscan”, mencionó.
En esta misma concordancia, en cada cuadra a lo largo y ancho de las calles 54 y 56 que es donde se instala el gran tianguis en la colonia Luis Donaldo Colosio, es cada vez mayor el número de puestos de vendedores provenientes de Chiapas.
Entre los manjares que puede encontrarse está los quesos, frutas y hasta los animales menos llamativos para muchos como el caracol dulce, que es vendido el kilogramo hasta en 50 pesos debido a la demanda de este producto de Chiapas.
Una de las clientas, comentó que este platillo se acostumbra a prepararse en sopa o en ceviche, “rompes el caparazón del caracol y solo con echarle limón, el caracol luego, luego se muere y ya te comes”, dijo.
Sin embargo, expresó que no todos sus hijos lo consumen porque al estar viviendo en la ciudad han dejado de comer alimentos que ella y su esposo sí extrañan y no los tachan de asquerosos.
En cambio, pudo constatarse que existen otros alimentos como el Rambután, que es parecida su sabor a una uva y se ha ganado el gusto de la gente de la región del Sureste mexicano.
Por consiguiente, los vendedores ambulantes que deambulan en sus triciclos trasportando este pequeño y, para muchos, exótico fruto, comercializan el medio kilo en 40 pesos y el kilogramo en 80.
Es así, como ha aumentado la demanda de estos frutos y comida de temporada como la malanga, chayote con espinos y el chinin, que es muy parecido al aguacate y demandado para los chiapanecos, que en boca de uno de los vendedores “cuando no hay qué comer solo le ponemos un poco de sal y va pa’ dentro”, finalizó.
En esta misma concordancia, en cada cuadra a lo largo y ancho de las calles 54 y 56 que es donde se instala el gran tianguis en la colonia Luis Donaldo Colosio, es cada vez mayor el número de puestos de vendedores provenientes de Chiapas.
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JAL