Las veterinarias en Cancún que no cuentan con certificación, ni cumplen con los lineamientos para prestar servicio son cada vez más comunes, pues hasta este primer semestre del 2022 se detectaron 40 de ellas, las cuales son consideradas “patito”, pues no tienen doctores o especialistas para brindar un servicio de calidad, lo que podría ser mortal para los animales que atienden.
Sergio Herrera Mejía, Presidente del Colegio Mexicano de Veterinarios Zootecnistas de Quintana Roo, detalló que han trabajado en conjunto con el Centro de Bienestar Animal para realizar operativos y detectar a personas que se hacen pasar por doctores, pues se busca evitar que haya maltrato animal en estos establecimientos.
“Es una práctica que va en aumento. Muchas veces encontramos personas que abren una veterinaria sin ser profesionales y no cumplen con los requisitos para operar, ni tienen certificaciones. Lo más grave es que no son doctores, lo que pone en inminente peligro a los animales. Tan solo en lo que va del 2022 se han detectado a 40 de ellas en Cancún”, dijo en entrevista para Por Esto!
El doctor reveló que la mayoría de estos establecimientos están ubicados en las regiones y aunque se han hecho las denuncias, muchas veces las autoridades correspondientes no las clausuran, por lo que es de suma importancia que los cancunenses verifiquen que las clínicas a las que asisten cuenten con certificación y que los veterinarios que atiendan a sus mascotas tengan su título y cédula profesional visible.
“Estas veterinarias falsas están principalmente ubicadas en las regiones, donde es más fácil abrir un establecimiento sin supervisión, nosotros como colegio hacemos denuncias, le pedimos a los habitantes que estén muy atentos del personal que atiende a sus mascotas y que se fijen que estén certificados para dar un servicio seguro”, continuó.
Recuperación tras pandemia
Herrera Mejía detalló que, a dos años del inicio de la emergencia sanitaria por COVID-19, las veterinarias ya cuentan con una recuperación en cuanto a los clientes, y aunque hubo una crisis en el punto más fuerte de la pandemia, ningún veterinario se vio en la necesidad de cerrar, pues siempre fueron considerados como actividad esencial.
“Luego que terminó el confinamiento, los especialistas tuvieron un incremento en los clientes, pues las familias convivieron más con sus mascotas, lo que los llevó a reflexionar sobre la importancia de mantener sanos a sus animales y considerarlos parte de la familia, por lo que esto se tradujo en el número de personas que asistían a las veterinarias para cuidar a sus mascotas”, concluyó.
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CG