Luego de que la Encuesta Nacional Salud y Nutrición (Ensanut) informara que los signos de desnutrición en niños de preescolar de la Península de Yucatán superan el promedio nacional, los padres de familia de Cancún consideraron que este hecho se debe a la eliminación de las cooperativas en algunos jardines de niños y la poca regulación de los puestos de comida que hay a las afueras de las escuelas.
Los tutores dijeron que también influyen las largas jornadas de trabajo de los padres en el sector turístico, pues muchas veces no tienen ni tiempo para prepararles un lunch nutritivo a los hijos, por lo que optan por comprar lo primero que encuentran, que por lo regular son alimentos que sólo aportan calorías y ningún nutriente.
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Alma Almaguer, madre de una niña de cuatro años, se mostró preocupada por esta situación, pues aseguró que ha visto que en las escuelas de preescolar a la salida se venden refrescos, frituras y helados, lo que consumen los niños muy pequeños, además de que la canasta básica está encarecida.
“Yo en lo personal trato que mi hija lleve fruta, jugo, pollo hervido o asado; pero he visto que sus compañeros llevan muchas cosas que no aportan nada bueno a su salud, y también esto preocupa, ya que son niños muy pequeños que deben consumir los suficientes nutrientes”, dijo en entrevista con Por Esto!
Por su parte, Jesús Canul, padre de un niño de tres años, lamentó que las cooperativas hayan desaparecido en algunos centros educativos de Cancún, pues eso les daba la oportunidad a los padres de alimentar bien a sus hijos, pues muchos entran muy temprano a trabajar no les da tiempo de cocinar por las mañanas.
“La cuestión de las cooperativas es un tema complicado, ya que antes en las escuelas se ofrecía este servicio. Les daban la oportunidad a los padres de no preocuparse por ese tema, ya que les daban comida sana. Ahora he visto que muchos menores llegan sin desayunar y lo primero que comen son unas papas o frituras, así como pan y refresco”, continuó.
Finalmente, Erika Montoya dijo que su hijo de cinco años lleva su lunch casi todos los días, sin embargo, cuando no le alcanza el tiempo, termina comprando algo en los puestos de los alrededores, que sólo venden botanas y frituras.
“También tiene que ver con lo que se vende en los alrededores, por más que uno quiera comprarle algo sano, no es posible, ya que sólo venden este tipo de comida que no nutre; entonces, o le compra eso o el niño se queda sin comer, y siempre nos vamos por la primera opción”, finalizó.
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JG