Advierte el director de Protección Civil de Cancún, Antonio Riveroll, que los futuros huracanes, tanto en el Pacífico como en el Atlántico serán cada vez más poderosos como lo dejó claro 'Otis' y dijo que una vez que concluya la contingencia en Guerrero, habrá reuniones a nivel nacional con expertos para analizar el tema. Por su parte, Juan Francisco Bárcenas Daniel, coordinador de Ingeniería ambiental, de la Universidad del Caribe, mencionó que la atmósfera está relacionada con los océanos y factores como el cambio climático, modifican gradualmente las características de los huracanes y ambos expertos coincidieron en que es mejor prepararse porque la intensidad de los fenómenos será cada vez mayor.
La naturaleza es muy sabia y una vez más se ha encargado de dar lecciones y si bien el huracán ‘Otis’ ha dejado devastación y desolación en Guerrero no se deben ignorar las enseñanzas que seguramente dejará, en materia climatológica, oceánica y de Protección Civil.
Antonio de Jesús Riveroll Ribbón, director general de Protección Civil en Cancún, dijo que antes de pensar en un posible cambio de parámetros en los estándares nacionales o internacionales de seguridad ante contingencias climatológicas, -en este caso huracanes-, primero de debe esperar a que termine de atenderse la situación en Guerrero, posteriormente hacer una evaluación y seguramente y reuniones de expertos, en materia de gestión integral de riesgos y protección civil, donde podrían cambiar algún tipo de parámetro, pero aclaró que cuando se trata del Sistema de Alertamiento Temprano para Ciclones Tropicales, ya sea para el Pacífico o el Atlántico, es competencia del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), donde esos expertos se encargarán de estudiar la fuerza de los huracanes, que nunca irán disminuyendo, sino al contrario, irán aumentando su fuerza, por lo que recomendó que hay que irnos preparando para eso.
“Lo que sucedió con ‘Otis’, sorprendió por la magnitud en el aumento de fuerza de saltar de una tormenta tropical, a un huracán categoría 4 o 5, pero obviamente el pronóstico que se tenía, era que podría evolucionar a un huracán mayor, lo que hay que ver es qué mecanismos se utilizaron para prevenir eso, cuáles no se utilizaron o si se utilizaron correctamente, será un caso de estudio no sólo para México, sino a nivel mundial, porque sí fue un brinco muy fuerte y muy rápido, mientras tanto, hay que seguir abogando por la prevención, porque nunca vamos a poder evitar un huracán o hacer que cambie de dirección, lo que hay que hacer es prevenir y mitigar esos riegos”.
Por su parte, Juan Francisco Bárcenas Daniel, coordinador de Ingeniería ambiental, de la Universidad del Caribe, mencionó que la atmósfera está relacionada con los océanos por la transferencia de energía entre ambos, pero la diferencia radica en que el mar es casi 900 veces más denso que el aire y en una pequeña capa de océano se almacena más energía que en una capa mayor de la atmósfera y si ese calor se acumula en el océano, se libera la energía, llega a la atmósfera y con las condiciones adecuadas, puede crear una tormenta o un huracán.
“Si esta cantidad de energía es mucha, puede llegar a causar severos daños como lo estamos viendo en Guerrero, además de que los huracanes se mueven y eso provoca que vayan cargando más energía que pasa de ser térmica a energía cinética por el movimiento de las masas de aire y es lo que conocemos como ráfagas de viento”.
Explicó que la trayectoria, las bajas de presión atmosférica o las mareas de tormenta, están asociadas a un incremento en el nivel del mar, que como se sabe, eventualmente cuando llega a tierra el ciclón se frena por la fricción, pero toda esa energía que lleva no se disipa al instante y en algún momento y lugar la tiene que liberar, provocando severas afectaciones. Finalmente dijo que hacen falta mayores estudios en el tema del cambio climático y estar preparados y aprender de lo que pasó en Guerrero, para estar atentos cu8ando se forme un ciclón en el Caribe.