Una mujer argentina denunció violencia vicaria ayer, en esta ciudad, al acudir a los Juzgados de lo Familiar con su hija y su representante legal, para pedir una adecuación en la pensión alimenticia de la menor y el cese a la violencia psicológica y patrimonial que sufre de parte de un empresario, al que demandaron.
Acusó que éste ha hecho todo lo posible por retrasar el asunto, que lleva casi 10 años, perjudicando principalmente a la menor de edad.
De acuerdo con Tania Jiménez Guadarrama, abogada de la afectada, Cancún tiene un rezago judicial en materia familiar, por lo que pidió mayor sensibilidad.
Explicó que su representada, Lucía G. C., se encuentra en un proceso familiar desde el año 2014, pues es víctima de violencia vicaria, primero por la sustracción de su hija, por más de medio año, a la que logró recuperar con la colaboración de varias Fiscalías Estatales.
Actualmente la afectada lucha por la adecuación de la pensión alimenticia, ya que el empresario Jemmer Álvaro Manrique, presuntamente abusando de su poder adquisitivo, sigue ejerciendo violencia económica y psicológica contra ella, pues desde el 2014 da una prensión esporádica, y sin el incremento que la ley establece, por lo que el adeudo actual supera el medio millón de pesos.
“Además de estar reclamando el retroactivo, estamos pidiendo al juzgado la adecuación de la pensión de acuerdo a las necesidades de la menor y a las posibilidades del empresario, pues este tipo de casos son tardados por la excesiva carga de trabajo de los juzgados, que es un común denominador en todo el país, y porque las estrategias jurídicas del deudor alimentario, hacen que se retrase el procedimiento, haciendo uso excesivo de recursos legales. Nos vemos en la necesidad de denunciarlo por esta conducta y hemos iniciado denuncias por violencia intrafamiliar y estamos buscando alternativa para dar mayor celeridad al caso”.
La abogada explicó que el empresario tiene una cadena de joyerías, en México y en las Bahamas, irónicamente con el nombre de su hija, y aclaró que en Cancún, ha existido un cambio radical en este tipo de denuncias, pues en 2014 que iniciaron con el caso, no existía el término de violencia vicaria y asegura que le sorprende la cantidad de mujeres que han tenido mayor conciencia para denunciar, aunque los índices no son tan altos en comparación con otros estados, pero lo atribuyó al desconocimiento.
“Mi representada es víctima de violencia económica, psicológica y violencia patrimonial, además que no tiene familia en México porque es argentina y su red de apoyo está fuera. Este hombre, al tenerla sometida, implica que no se pueda ir. Por eso pido a los juzgados familiares de Cancún, que tengan mayor sensibilidad”.
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