Poco más de un centenar de personas se han dado cita en la parroquia de la inmaculada Concepción para cantarle las mañanitas a la virgen de Guadalupe para conmemorar un año más de que se apareciera al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac.
La poca asistencia de fieles católicos, es una clara muestra del fervor guadalupano que ha ido decayendo con el paso de los años, puesto que este año solo una antorcha de motociclista llegó a las diez de la noche, hora en el que se programo la misa previa a las mañanitas.
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Hasta antes de la pandemia del COVID-19, solían llegar más de una docena de grupos de peregrinos que eran esperados frente a la parroquia por cientos de habitantes, al grado que la misa se realizaba en la calle, ocupando parte de la avenida principal Javier Rojo Gómez.
Desde que se retomo las antorchas el año pasado luego de la pandemia del Corona virus, la asistencia de peregrinos e incluso de catolicosa la iglesia para cantar las mañanitas ha disminuido significativamente y este año es más notorio.
La iglesia luce apenas llena en las bancas, mientras en las afueras permanecieron números habitantes que tras la espera de más de una hora para la llegada de los antorchistas, se fueron retirando del lugar y evitando entras a misa y quedarse a cantar a la reina de México.
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