En la ciudad no hay una estadística real de personas con el padecimiento de Asperger, ya que los Servicios Estatales de Salud (Sesa) en la isla mantienen cerradas las puertas a los medios de comunicación para abordar diferentes temas, lo que complica conocer a fondo qué tratamiento o cuántas personas aproximadamente son atendidas con este síndrome. En tanto que los médicos o psicólogos atienden entre solo uno o dos casos al año.
William Novelo, psicólogo, en la isla, afirmó que el año pasado no atendió a ningún paciente con estos síntomas, además resaltó que una de las situaciones que muchas veces se presentan es que los síntomas se pueden llegar a confundir con algún otro trastornos de la conducta como el obsesivo-compulsivo, con bipolaridad o trastornos de ansiedad, entre otros, haciendo que sea muy complejo el que un psicólogo pueda diagnosticar de forma adecuada este padecimiento.
Los profesionales pueden diagnosticar el síndrome de Asperger en niños a partir de los 18 meses de edad, comparando el comportamiento y el desarrollo de un niño con una lista de verificación de hitos con pares de la misma edad. El tratamiento temprano y regular puede ayudar al niño a sobrellevar los síntomas relacionados con el síndrome de Asperger. Puede prepararlo para la vida adulta, y en general el tratamiento incluye una combinación de terapia del habla, física, ocupacional y cognitiva conductual (TCC). El equipo de terapia decidirá con qué frecuencia necesitan los padres trabajar con su hijo. Mayormente, el lenguaje de los niños con Asperger es repetitivo, modulado y coherente, pero no tiene como finalidad el comunicarse, es decir, se expresan de una forma elaborada y mecánica, por ejemplo, no pueden entender un chiste, no saben mentir ni tampoco se dan cuenta de que han hecho algo inapropiado o indebido.
Novelo señaló que los niños con este síndrome poseen una memoria aumentada en áreas específicas que son de su interés como: matemáticas, geografía, mapas, astronomía, aritmética, entre otros; y lo más frecuente es que se lo asocie con inteligencia superior, pero puede asociarse también a inteligencia baja. “En la adultez se reflejan más estas diferencias, ya que al inicio de la etapa escolar obtienen logros, sin embargo, con el tiempo van perdiendo el interés y ensimismándose en sus propios y limitados intereses, pareciendo extraños en la sociedad. Los niños con este síndrome son muy inteligentes, con una excelente memoria, pero poco afectuosos con su familia; durante la hora del recreo escolar les gusta estar solos porque tienen problemas para relacionarse con sus compañeros en la escuela, y es por ello que si se sospecha que el niño presenta los síntomas del síndrome de Asperger, es fundamental llevarlo a un especialista de la salud mental, que aunque no tiene cura, esto no es impedimento para que el niño y la familia lleven una vida plena y feliz”.
Según la Organización Mundial de Salud (OMS), el síndrome de Asperger está reconocido como un Trastorno Generalizado del Desarrollo Infantil y relacionado con el autismo. Se considera que este padecimiento puede llegar presentarse de entre tres a siete de cada 1000 niños, quienes desde temprana edad podrían llegar a manifestar algunas de las seis señales como: problemas para relacionarse con los demás niños o adultos, su atención se fija en un tema específico, muestra poca expresividad facial, mantiene un lenguaje repetitivo, presenta problemas para leer o escribir y realiza movimientos corporales extraños. Estudios recientes han comprobado que el síndrome de Asperger es hereditario y se asocian mayormente con otros trastornos mentales, como la depresión y el trastorno bipolar.
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NR