Las mujeres indígenas de Lázaro Cárdenas aún padecen discriminación a pesar de la lucha de autoridades e instancias por proteger sus derechos y alejarlas del estado de vulnerabilidad en el que están por la violencia de género que hay en Quintana Roo, sostuvo el visitador de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo (Cdheqroo) en este municipio, Amílcar Kú Cime.
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Aunque no se tiene un dato preciso, dijo que se han atendido casos de mujeres discriminadas al visitar instancias como el Ministerio Público o el Juzgado, y es que es un hecho que históricamente la indígena sigue siendo relegada en ámbitos como educación, justicia, salud y empleo.
Más que violación a sus derechos humanos sufren discriminación, incluso dentro de la familia, como el que sólo deben desempeñarse como amas de casa y tener pocas oportunidades de educación por ser mujeres, porque encontrarán un esposo que pueda mantenerlas.
Sus esposos no las dejan acudir a programas para la detección de cáncer por ser hombres doctores los que atienden; tampoco las dejan desempeñar un trabajo o cuando las dejan estudiar tiene que ser una carrera para mujeres y no especialidades donde prevalece el dominio del hombre, como la ingeniería.
Kú Cime reconoció que en pleno Siglo XXI, la exclusión presupuestaria persiste, las instituciones de Gobierno no cuentan con suficiente capacidad para atender a estas comunidades, y en ocasiones, la toma de decisiones ignora los intereses de los pueblos; es decir, hace falta mucho para adecuar el sistema y las leyes para beneficiar a los pueblos indígenas.
En situaciones de empleo, por ser mujeres indígenas se les paga poco y cuando hacen denuncias no hay intérpretes de su lengua y por lo general no se les hace caso para entenderlas, lo que lo convierte en un acto de discriminación por parte de las instancias y que urge atender de raíz.
La discriminación a la mujer indígena, afirmó, propicia otras situaciones como el que sufran violencia familiar, ya que al no contar con el apoyo de las autoridades o instancias que les den el seguimiento y apoyo en sus denuncias, desisten en hacerlas y sufren una vida diferente a la que esperaban.
Añadió que no se tiene un dato específico de los casos discriminatorios al día, semana o mes, pero dijo que el año pasado hubo varias mujeres que pidieron apoyo de derechos humanos porque las dependencias que no les hicieron caso a sus denuncias de pensión alimentaria o denuncias de violencia, entre otras, por ser de comunidades rurales y tener, quizá, problemas para expresarse a causa del idioma que hablan.
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LV