Sólo madres de familia que junto a sus hijos temen ser parte de las mortales estadísticas, debido a la delincuenciaque impera en las calles de las cuatro supermanzanas que conforman la popular zona de “El Crucero”, hablan de los hechos delictivos que ocurren día y noche, ante la mirada de cualquiera, a lo que refieren que mantener una patrulla estacionada en un punto estratégico no ayuda a inhibir los delitos, “quien va a robar, matar o vender droga lo hace, y los únicos que no se dan cuenta son los policías” expresaron.
Ellas creen que existe una complicidad entre autoridades y delincuentes, ya que un sinfín de veces han señalado dónde están los puntos de venta de droga, lo que pasa en las casas de citas e incluso quiénes están relacionados con homicidios y no detienen a nadie; por lo que hay comerciantes víctimas de extorsión que mejor guardan silencio, por qué una denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) no les garantiza la seguridad.
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El hecho ocurrido el pasado sábado al interior de las instalaciones del antiguo Hospital General, dónde fueron encontrarás dos víctimas privadas de la libertad, una de ellas sin vida, removió las fibras de los vecinos, quienes aprovecharon la presencia de policías municipales que celosamente resguardaban los alrededores para solicitar más patrullajes y denunciar otros casos que han ocurrido, pero como respuesta sólo obtuvieron: “vayan a la Fiscalía”; argumentos que se suman a la indiferencia para llevarlos a perder la credibilidad de las autoridades preventivas.
La falta de interés por parte de la FGE para dar seguimiento a las denuncias y demostrar avances, llevó a un técnico en reparación de celulares a dejar la zona de “El Crucero”, donde tenía clientes y estaba haciendo crecer su patrimonio, para él, cambiar de ubicación le garantizaba seguir viviendo de su trabajo diario, lamentablemente el crimen organizado logró encontrarlo y el pasado 24 de mayo fue ejecutado a balazos al interior de su pequeño taller, a la fecha no han dado con el paradero de los responsables.
Esta víctima mortal, de acuerdo a conocidos, ya había denunciado el ser víctima de extorsiones, incluso les había facilitado a los agentes de la Fiscalía nombres de sus agresores y posibles lugares donde pudieran ser encontrados, pues eran mismos habitantes de la Supermanzana 64, y simplemente lo dejaron morir bajo la excusa de que “no hay recursos para salir a las diligencias”.
Gente que va de paso porque es forzoso llegar a tomar su Ruta que los acerque, tanto a sus centros laborales como a sus domicilios, han visto cómo se cometen robos a transeúntes, algunos bajo la complicidad de comerciantes ambulantes e incluso se vende droga sobre la transitada avenida José López Portillo, mientras que al otro lado hay una o dos patrullas estacionadas. Los usuarios del transporte público, a pesar de no permanecer mucho tiempo en esa zona, saben que no es un lugar seguro para vivir y prueba de ello son los hechos de alto impacto que se cometen incluso a plena luz del día.
Esperan que con la detención de quienes fueron identificados como Alberto “N”, Wilbert “N” y Sairi “N”, por los delitos de homicidio y homicidio en grado de tentativa, encontrados al interior del antiguo Hospital General, donde localizaron dos víctimas, una de ellas sin vida, puedan dar con el paradero de otros delincuentes con quienes pudieran estar coludidos, ya que no era la primera ocasión que escuchaban gritos provenientes del edificio abandonado, el cual durante seis años ha sido aprovechado por delincuentes para cometer toda clase de actos vandálicos al interior.
De acuerdo a fuentes cercanas con este reciente caso, se trata de un ajuste de cuentas; sin embargo, siguen investigando.
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NR