El médico y empresario local, Sebastián Solís, enfatizó que la trágica pérdida de un empresario cozumeleño, un individuo entusiasta y generador de empleos en la comunidad, representa un duro golpe a los fundamentos y valores de Cozumel.
Afirmó que las conjeturas no deben empañar la cruda realidad: la inseguridad social aumenta bajo un Gobierno que parece indiferente y ciego ante esta tragedia, optando por concentrarse en otras realidades. Cozumel, que en su momento fue un refugio de serenidad, ahora vive bajo la sombra del narcotráfico.
“Es imperativo demandar acciones concretas y exigir que las autoridades actúen con decisión y equidad en materia de seguridad. La seguridad no debe tener afiliaciones políticas. Las cámaras empresariales deben alzar su voz. La reciente pérdida de un empresario a manos de un homicidio a balazos resalta la urgente necesidad de acción. ¿Esperaremos hasta que más personas resulten afectadas? El miedo se ha transformado en un terror paralizante. Ha llegado el momento de demandar medidas drásticas y definitivas. Enfrentamos una situación en la que la Fiscalía se muestra improvisada, careciendo de la capacidad y técnicas de investigación necesarias”.
Según Sebastián Solís, también hay murmullos en voz baja sobre la posibilidad de que los mismos delincuentes estén perpetrando estos actos violentos entre ellos. Sin embargo, una vez que la violencia se desata, no hace distinciones. El miedo silencia a quienes deberían alzar su voz contra la impunidad, por temor a represalias.
“Pero ya es suficiente, ha llegado el momento de exigir acciones concretas y de solicitar a las autoridades que actúen con determinación y justicia. La seguridad es un valor que no debe quedar atrapado en luchas partidistas, ya que el Gobierno trabaja para todos”.
“Es crucial que las diversas cámaras empresariales alcen la voz en este asunto. ¿Tendremos que esperar a que más personas sean afectadas para actuar? El miedo ha evolucionado en un terror que paraliza. Es el instante de reclamar medidas drásticas y permanentes. El tiempo para la acción ha llegado”, reiteró.
Por otro lado, Roberto, quien optó por no divulgar sus apellidos por cuestiones de seguridad, comentó: “Me resulta sorprendente el silencio de los empresarios, la falta de actividad en las redes sociales o en los medios de comunicación. Pareciera que buscan que estos incidentes no se propaguen. Quizás estén sumamente atemorizados. Pero no hay dirección, la Seguridad Pública es una responsabilidad de los tres niveles de Gobierno y la protección está ausente”.
Roberto indicó que la Fiscalía General del Estado carece de la formación necesaria para manejar este tipo de incidentes. La Fiscalía no está preparada debido a la carencia de capacidades para llevar a cabo una investigación efectiva. “Nos enfrentamos a una Fiscalía improvisada, agentes ministeriales improvisados y abogados recién graduados. Estamos en pañales para abordar esta problemática”, enfatizó.
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JG