A menos de una semana de haber concluido las vacaciones de invierno, la actividad restaurantera experimentó una disminución de más del 50 por ciento con la partida de los visitantes nacionales, lo que plantea un panorama incierto para el sector en este inicio de año, marcado por el preocupante cumplimiento de pagos fiscales que quitan el sueño a los empresarios.
Miembros de la sociedad gastronómica de la isla Holbox señalaron que el año pasado el sector atravesó altibajos, y las actividades no repuntaron como se esperaba en las temporadas vacacionales, debido a diversos factores que escapaban de su control.
En Semana Santa y las vacaciones de verano, influyeron la escasa llegada de visitantes y los problemas persistentes de energía eléctrica y agua potable, que alejaron a turistas nacionales y extranjeros debido a la tardía atención de las autoridades municipales y estatales. Así, en este 2023, la actividad no superó el ochenta por ciento.
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Las lluvias también tuvieron un impacto negativo al deteriorar las calles, provocando una baja afluencia turística y obligando a muchos establecimientos a conceder vacaciones forzadas a su personal y cerrar temporalmente hasta las últimas vacaciones del año para reactivarse, ante la escasa demanda previa.
Durante estas vacaciones de invierno, en la primera semana, la actividad no experimentó un repunte significativo. Fue hasta la segunda semana, entre el 24 y el 31 de diciembre, cuando alcanzaron el ochenta por ciento de actividades debido a la llegada masiva de visitantes nacionales y extranjeros para pasar las vacaciones de fin de año.
Tras concluir las vacaciones de invierno, la actividad restaurantera ha disminuido a un cincuenta por ciento o quizá menos, evidenciando la notable ausencia del turismo nacional. Sin embargo, se estima que al menos durante el mes de enero, en los fines de semana, puedan repuntar hasta el setenta por ciento de actividades, siempre y cuando las condiciones climáticas no sean un factor negativo al provocar inundaciones.
Los empresarios expresaron que, al inicio del año, deben prepararse para cumplir con sus obligaciones fiscales y pagar impuestos como licencias de funcionamiento y recolección de basura, entre otros, exigidos por las autoridades. Estos pagos representan un fuerte gasto que impactará seriamente en sus bolsillos, ya que las temporadas vacacionales no permitieron acumular ahorros para afrontar estos compromisos al inicio del año.
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