Las autoridades han detectado que detrás de la venta de predios irregulares se encuentran empresas que se promocionan en redes sociales, algunas de ellas fantasmas, pues sólo mantienen a algún representante en las ciudades. También hay grupos religiosos que están detrás de la venta de esta clase de terrenos, que no cuentan con ningún trámite de urbanización.
La creación de los nuevos “centros de población” en los alrededores de Chetumal y en zonas como el Estero de Chaac, además de en Bacalar, inició desde hace más de cinco años, y cientos de chetumaleños que han adquirido estos terrenos que se comercializan entre los 50 y 120 mil pesos, dependiendo de la ubicación y dimensiones, aunque en todos los casos, los vendedores únicamente le entregan al comprador un certificado de posesión, el cual no les brinda certeza jurídica, porque en la mayoría de los casos, se trata de terrenos ejidales que no han sido desincorporados del núcleo agrario.
El primer antecedente de esta clase de método fue la colonia Nuevo Progreso, creada hace más de 20 años, que era propiedad de un comunero del Ejido Chetumal, quien decidió “lotificar” el predio y comenzar a venderlo, lo que con posterioridad trajo cientos de problemas para quienes ya habían comprado terrenos y para las autoridades, quienes al no haber dado su aval para la creación de ese centro urbano, no podían realizar inversiones como la colocación de energía eléctrica o agua potable, lo que conllevó una serie de protestas sociales.
Después de varios años de lucha de los pobladores, hace menos de 10 años se comenzó el proceso de urbanización y ahora ya cuentan con calles establecidas.
La asociación Antorcha Campesina también utilizó este método para la creación de tres colonias, que llevan los nombres de Antorchistas, Fraternidad Antorchistas y Mártires Antorchistas, estas dos últimas, aún se encuentran en proceso de ser regularizadas y carecen de certeza jurídica.
También el dirigente de una congregación cristiana utilizó este método para crear la colonia Shekináh, la cual ha permanecido en conflicto desde hace varios daños por la falta de servicios.
En Chetumal, uno de estos terrenos puede ser adquirido en precios que van desde los 50 hasta 120 mil pesos, pero en zonas de Bacalar y el Estero de Chac, así como cerca de la Laguna Guerrero, pueden costar hasta 600 mil pesos, para los cuales se pide un enganche de 25 mil pesos.
En estos casos, no son empresas las que comercializan los predios, sino personas que aseguran ser agentes inmobiliarios ante quien se hace un contrato, se encargan de asignar los predios y posteriormente reciben los pagos, sin que se entreguen títulos de la propiedad.
Varios casos son presentados como desarrollos inmobiliarios amigables con el medio ambiente, y aseguran que una vez “vendido” todo el desarrollo se iniciará con el proceso de construir todas las amenidades, aunque esto nunca ocurre.
No hay personas que se hagan responsables de estas empresas, pero hay varios desarrollos, como Villas Tikal, que anuncia predios de una dimensión de 20 por 40 metros, ubicados entre la Laguna de Bacalar, Laguna Mariscal y el Estero de Chac.
Entre los que han sido detectados por las autoridades se encuentran Colonia Alovera, Eco Terra, Estero de Chac, El Triunfo, Terrenos en el Caribe Mexicano y Aldea Chac, que los agentes inmobiliarios comercializan sin brindar el nombre de la colonia.
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HS