La atención médica en la zona Sur del municipio debe convertirse en una prioridad indiscutible, dado que habitantes de las comunidades locales se ven obligados a recorrer largas distancias para acceder a servicios de salud, dependiendo de caravanas mensuales en muchos casos. Una solución palpable radica en la activación plena de la Clínica de la comunidad de San Cosme, la cual, a pesar de haber sido construida en 1998 por la Iglesia Presbiteriana de Nueva York y Houston, Texas, ha visto interrupciones en su funcionamiento a lo largo de los años.
Este establecimiento, erigido gracias a la labor de la comunidad religiosa, brindó atención médica y medicamentos gratuitos a localidades como San Juan, Constituyentes del 74, San Antonio, Naranjal, San Francisco y la propia comunidad de San Cosme. La proximidad de la clínica permitía a los residentes evitar viajes hasta Ignacio Zaragoza o la cabecera municipal, reduciendo gastos de transporte.
A pesar de su importancia, la clínica ha experimentado reactivaciones temporales durante distintas administraciones municipales. Aunque se envían médicos y se proveen algunos medicamentos, la atención se desvanece pocos meses después, convirtiéndose en una promesa electoral recurrente por parte de los candidatos a la presidencia municipal.
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La última reactivación ocurrió durante la administración de Nivardo Mena en el Ayuntamiento anterior, pero lamentablemente, la clínica actualmente no está operativa. A lo largo de 25 años y múltiples administraciones, el objetivo de una reactivación total no se ha logrado.
En la actualidad, los pobladores se ven obligadas a viajar hasta Ignacio Zaragoza, donde se ha activado una clínica del Bienestar, generando un costo significativo de hasta 200 pesos en transporte. Aunque representa una mejora en comparación con los gastos previos, sigue siendo un desembolso importante dada la situación económica precaria de la población.
Otra opción es depender de las caravanas de salud estatales que llegan mensualmente. Sin embargo, esta estrategia no es ideal para enfrentar enfermedades, ya que las consultas son impredecibles y no se pueden planificar. La incertidumbre en la atención médica es una carga adicional para la comunidad.
Por tanto, se hace un llamado enérgico a las autoridades municipales y al gobierno estatal para considerar la asignación permanente de médicos a esta clínica. Con seis comunidades circundantes, se cree que podrían cumplir con los requisitos de la Secretaría de Salud para asignar un médico de base, beneficiando a alrededor de 3 mil habitantes.
En este período electoral, se insta a los candidatos a comprometerse con la asignación de recursos para la mejora de la salud en la zona sur. Las administraciones municipales anteriores han quedado en deuda en este aspecto, y es esencial que los compromisos en materia de salud no sólo se formulen, sino que se cumplan.
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HS