Vecinos de la colonia La Gloria reportaron el derrame de varios metros cúbicos de aguas residuales la noche del jueves, supuestamente como consecuencia de una obra que rompió el ducto de Aguakan.
El líquido fue a parar a la laguna Salina Grande, que ya enfrenta grave contaminación, lo que eventualmente provoca mortandad entre los peces, de los que se alimentan muchas aves de la región. Al respecto, no hubo una postura institucional.
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Ni la Dirección de Ecología municipal ni el personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) intervinieron. “Con esta actitud institucional se protege a los contaminadores del ambiente, sin vergüenza”, dijo Dora, una vecina.
Detalló que el escurrimiento demoró más de una hora, además las aguas negras encharcaron la calle durante un rato, provocando que la contaminación se dispersara y se evaporara con la salida del sol, al día siguiente.
Los quejosos afirmaron que no solamente se contamina con frecuencia la laguna Salina Grande, también sucede lo mismo con laguna Makax. Hace algunas semanas se derramaron aguas residuales en el registro que se ubica por la entrada de Tortugranja. En dicho lugar el problema se suscita unas dos o tres veces al año.
Los trabajadores de Aguakan argumentaron que cuando no hay electricidad no se puede bombear el contenido de la red de manera continua, pero otros de ese mimo equipo de trabajo rebatieron que cada cárcamo debe contar con un generador eléctrico para situaciones de emergencia, a fin de evitar más contaminación.
La situación de la contaminación es imparable, pues al desechar el agua en la laguna Makax, luego va a parar directamente al mar y por consiguiente contamina los arrecifes de coral y los pastos marinos, según investigadores de la Comisión Nacional deÁreas Naturales Protegidas (Conanp).
Éstos pidieron a las autoridades de los tres niveles de Gobierno mayor responsabilidad en materia de regulación y manejo de desechos de este tipo.
También les preocupa que cuando llueve, el drenaje deficiente provoca inundaciones en las calles de la ínsula, lo que arrastra más contaminantes, como heces fecales de perros callejeros, que llegan al océano disueltos en agua de alcantarilla. Por eso claman que se eficiente el sistema de drenaje pluvial para reducir al mínimo esta eventualidad.
En tanto, Aguakan ya está afuera de tiempo para continuar dando el servicio de agua y drenaje, al revocarse la segunda etapa de la concesión, por decisión del Congreso del Estado; sin embargo, interpuso un recurso de amparo que derivó en la suspensión de esta medida, y prolongó su estancia.
A pesar de esto, el servicio otorgado a la ciudadanía no mejora, y ya cumplió tres años desde que terminó la obra de la red residual en la Punta Sur, pero que nunca conectó, debido a que tampoco duplicó la capacidad de la planta de tratamiento de agua residual, que según un proyecto, debía pasar de 30 a 60 litros por segundo. Asimismo, la empresa ofreció cuadruplicar la capacidad de esa planta hace 15 años, en ese entonces, propuso que llegaría hasta 120 litros por segundo.
En 2022 la empresa dejó de invertir más de 30 millones de pesos para atender estos y otros puntos expuestos, pero nunca justificó públicamente su omisión. Aunque la gente señaló que fue por los resultados adversos que obtuvo en la consulta ciudadana de junio.
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AT