Por las noches, el Aeropuerto Internacional de Cancún parece un hospital o refugio anticiclónico, debido a las innumerables personas que pernoctan en el duro piso de mármol de las terminales. Ya sea porque sus vuelos tuvieron algún retraso o porque la salida está programada en la madrugada, muchos pasajeros se acomodan en algún rincón, extienden un cobertor en el suelo y se disponen a dormir mientras se aproxima la hora de su vuelo.
Uno de esos casos es el de David, proveniente de Colombia, quien no quiso ser fotografiado, pero nos confió que se quedó sin dinero para regresar a su país y tuvo que abandonar su habitación de hotel desde el viernes pasado. No tuvo a dónde más ir, por lo que optó por desplazarse hasta el Aeropuerto en espera de que sus familiares reúnan el dinero necesario para poder pagarle el boleto de avión a su natal Medellín.
David viajó en plan mochilero, con pocos recursos, esperando no gastar demasiado para poder comprar su boleto de regreso una vez que hubiera pasado unos días en Cancún. Sin embargo, al poco tiempo de estar en las paradisiacas playas del Caribe mexicano, se le agotó todo su dinero. Sobrevive con unos pequeños víveres que compró antes de quedarse sin recursos y llegó de aventón hasta el aeropuerto. Sus familiares están dispuestos a ayudarlo, pero necesitan tiempo para reunir el dinero necesario para el boleto de avión.
Así como David, muchos otros pernoctan en la terminal por motivos muy diversos, como una cancelación de último minuto, que es lo más frecuente, o llegan con la esperanza de poder encontrar acomodo en el vuelo más próximo a su destino al no haber podido realizar la compra por internet.
Debido a la práctica común de las aerolíneas de sobrevender los vuelos, mucha gente llega al aeropuerto sin boleto seguro, esperanzados en que en el mostrador les notifiquen que algún pasajero no llegó a su vuelo, por lo que ese espacio puede ser revendido a quien lo necesite. Es por ello que mucha gente duerme en la terminal, llegando a pasar incluso semanas enteras antes de que la situación cambie y puedan regresar finalmente a su lugar de origen.
Algunos logran salir del problema mucho más rápido, pero no sin antes haber pasado al menos una noche en el frío piso de la terminal aérea más importante del país en volumen de pasajeros internacionales. Tan solo el año pasado se estableció una nueva marca de 32.7 millones de pasajeros, siete millones más respecto a los niveles que se tenían previo a la crisis sanitaria por el Covid-19.
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HS