El programa federal “Sembrando Vida”, que puso en marcha el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reactivó y diversificó el campo quintanarroense, pues está permitiendo que parcelas que durante años se encontraban abandonadas por la falta de apoyo, ahora estén en plena producción, aseguró el campesino José Mateo Cano, de la localidad Buena Esperanza.
Explicó que, aunque existe resistencia de algún sector de la población, los verdaderos campesinos han vuelto a trabajar sus tierras, dando una mejor calidad de vida a sus familias.
A más de cinco años de establecido el programa “Sembrando Vida”, el productor reconoció que ha sido uno de los aciertos más grandes de la Administración del Presidente López Obrador, pues durante décadas, el campo estuvo abandonado por los gobernantes, debido a la falta de apoyos en todos los sentidos, lo que generó que muchos habitantes de las comunidades rurales decidieran realizar otras actividades económicas, pues el campo “ya no era negocio”.
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En el caso específico de la localidad Buena Esperanza, cuando se anunció el programa federal, muchos habitantes pusieron resistencia, pues señalaban que convertiría en esclavos a los campesinos, por lo que sólo un porcentaje decidió ingresar, lo que permitió que con el paso del tiempo se comenzaran a ver los resultados, no sólo en la comunidad, sino en gran parte de la zona rural del municipio.
Actualmente, en la localidad iniciaron el proceso de producción del achiote, el cual están próximo a cosechar, lo que les permitirá diversificar sus ingresos a través de la comercialización de este producto.
“Ya nos dijeron que nos brindarán el asesoramiento técnico para hacer las maquetas de achiote y poderlas vender, lo que nos permitirán generar más ingresos”, explicó Mateo Cano.
Sin embargo, los principales cultivos que predominan en esa localidad son el maíz y el frijol, además de la siembra de árboles como ceiba y cedro, entre otros, lo que permite la reforestación.
Señaló que, gracias a este programa, además del beneficio que obtienen por la venta de sus productos, reciben un pago de 6 mil pesos mensuales, que les sirve para seguir invirtiendo en los cultivos y también para mejorar los ingresos y elevar la calidad de vida de sus familias.
El programa federal tiene varios candados, puesto que antes de recibir cualquier apoyo, se tiene que acreditar con documentación, que son ejidatarios, que el predio en el que se pretende establecer el programa sea viable y no esté en un cerro y además son sometidos a una revisión exhaustiva.
De acuerdo con las autoridades federales, a nivel nacional, durante el 2023, el programa “Sembrando Vida” tuvo al menos 439 mil 796 beneficiarios. Tiene lineamientos específicos, puesto que, para acceder al mismo, se debe cultivar o reforestar una superficie de 2.5 hectáreas por cada ejidatario, quienes reciben en promedio 6 mil pesos por apoyo de producción, además de que reciben asesoramiento técnico para la producción de diferentes cultivos que pueden ser redituables, dependiendo de la zona en la que se encuentre.
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AT