La Zona Hotelera de Cancún, uno de los principales destinos turísticos de México, se enfrenta a un grave problema ambiental y social: la sobredensificación. Se trata de la construcción excesiva de edificios y viviendas en una zona que ya no tiene capacidad para sostener más infraestructura, lo que afecta negativamente a los ecosistemas, los servicios públicos y la calidad de vida de los habitantes.
A pesar de la oposición de residentes, la industria hotelera y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), se ha iniciado la sobredensificación en la Zona Hotelera de Cancún con el proyecto Península Cancún, que contempla la edificación de mil 378 residencias y 850 cuartos hoteleros, además de una amplia zona comercial, sobre lo que actualmente es el campo de golf Pot Ta Pok.
El proyecto, que se somete al proceso de evaluación en materia de impacto ambiental, es desarrollado por la empresa Hazama Coporation Desarrollo de Turismo, la cual invierte más de 16 mil millones de pesos en la obra. Según la empresa, el proyecto es de baja densidad y toma en cuenta la integración de la característica de área verde antes utilizada como club de golf.
Sin embargo, los expertos y los ciudadanos advierten que el proyecto representa una amenaza para la sustentabilidad de la zona, ya que implica la pérdida de espacios naturales, la erosión de las playas, la contaminación de la laguna Nichupté y su entorno, el incremento del tráfico vehicular y la demanda de servicios básicos como agua, luz y drenaje. Por ello, exigen que se respete el ordenamiento jurídico aplicable en materia ambiental y de uso de suelo, y que se proteja el patrimonio natural y cultural de Cancún.
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AT