Todo turista que desciende de su avión al arribar a Cancún se encuentra en el camino a su hotel con enormes estructuras panorámicas que les venden desde bebidas, hasta opciones de vivienda u opciones culinarias.
No referimos a los anuncios espectaculares que pese a que desde hace años se ha anunciado “mano dura” contra estos negocios, siguen siendo el pan de cada día para quienes van a vienen del aeropuerto.
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Los anuncios de enormes dimensiones se encuentran dentro de la propia terminal aérea y hasta en el edificio corporativo de Asur, donde actualmente se promociona una marca de Tequila.
En el trébol que distribuye la circulación vehicular que viene del aeropuerto, lo primero que se observa son cuatro enormes anuncios que promocionan restaurantes y un desarrollo inmobiliario.
Para quienes no optan por tomar la zona hotelera, sino circular por el bulevar Colosio se encuentran con estructuras vacías producto de un “operativo” de retiro de estos anuncios por parte del gobierno municipal.
Sin embargo, pese a que sí se observan anuncios que han sido retirados, las enormes estructuras que los soportan se mantienen intactas, es decir, que el riesgo de desplome en caso de huracán o la entrada de un norte se mantiene aún a pesar de la promesa de autoridades municipal por poner orden en este tipo de giros económicos.
Lo anterior luego de que durante enero pasado, la entrada de un norte con vientos de más de 70 kilómetros por hora derribó por lo menos dos de estas estructuras sobre al menos dos vehículos, lo cual motivó que la presidenta municipal de Cancún, Ana Paty Peralta anunciase el retiro de por lo menos 40 de estas estructuras sobre el bulevar Colosio.
La medida quedó en el retiró sólo de las lonas que cubren estas enormes estructuras, por lo que el riesgo en caso de derrumbe se mantiene intacto.
Incluso, a poco más de un mes de retiradas las lonas publicitarias, los dueños de estas estructuras ya están poniendo de nueva cuenta a disposición estos espacios, rotulando sus números telefónicos en estos espacios para ser reutilizados de nueva cuenta como anuncios espectaculares.
Es decir, en caso de mal clima, el riesgo de colapso se mantiene latente, pese a que desde distintas voces ciudadanas se ha exigido no permitir más este tipo de publicidad, por la contaminación visual que supone y los riesgos para quienes circulan por el bulevar Colosio.
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