Las expectativas de los ciudadanos respecto a la renovación en el Congreso de Quintana Roo cada vez son menores, porque lejos de avanzar parece que se va en retroceso al iniciar una nueva Legislatura. En general, no han existido iniciativas que marquen un parteaguas o que dejen huella en beneficio de la sociedad, y al igual que en la XVII Legislatura, no hay más que esperar, al menos el primer año, para saber qué trabajo es el que se desempeñará.
La XVIII Legislatura estará conformada por Wilbert Alberto Batun Chulim, Andrea del Rosario González Loria, Rubén Antonio Carrillo Buenfil, Alexa Murguía Trujillo, Hugo Alday Nieto, Paola Elizabeth Moreno Córdova, Eric Arcila Arjona, María Jimena Pamela Lasa Aguilar, Euterpe Alicia Gutiérrez Valasis, María José Osorio Rosas, Renán Eduardo Sánchez Tajonar, Silvia Dzul Sánchez, José María Chacón Chablé, Diana Frine Gutiérrez García, Saulo Aguilar Bernés, Reyna Lesley Tamayo Carballo, Ángel Álvarez Cervera, Filiberto Martínez Méndez, Jorge Armando Cabrera Tinajero, Luz Gabriela Mora Castillo, José Luis Pech Várguez, Jorge Arturo Sanén Cervantes, Ricardo Velazco Rodríguez y Lilia Inés Mis Martínez.
Para el Observatorio Legislativo, una tercera parte de los Diputados electos tiene experiencia, bien sea por reelección, porque fueron Congresistas federales o Regidores. De ellos, nueve son identificados con acciones afirmativas, con muchos cuestionamientos. Algunos fueron electos nuevamente, pese a sus malos resultados, como José María Chacón Chablé, quien como Presidente de la Comisión de Movilidad no hizo un buen trabajo.
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Un caso importante, en este sentido, es el de Rubén Antonio Carrillo Buenfil, quien es líder de los taxistas de Cancún y seguramente tendrá conflicto de intereses en los temas de movilidad
Ya se ha dicho que es prácticamente una Legislatura de una mayoría absoluta, con 21 Diputados de la coalición ganadora y una minoría de cuatro Congresistas de oposición, quienes en realidad no podrán hacer nada contra la aplanadora guinda.
Para Héctor Herrera, fundador de Morena y quien se quedó en el camino para obtener una curul, del total de Diputados, el 80 por ciento no cuenta con gran experiencia legislativa, y de los que repiten no se puede decir que se distinguieran por presentar iniciativas que destaquen en apoyo a la sociedad, por lo que está por verse cuál será su actuar, puesto que tampoco se conocen sus propuestas porque ninguno habló de ello en su campaña.
Externó que durante el proceso, todos se limitaron a externar su apoyo incondicional a su candidato presidencial, y a los que llegaron por la vía plurinominal nunca se les escuchó de ninguna propuesta personal, por lo que lo único por hacer es darles el beneficio de la duda y esperar que no lleguen a experimentar.
Dijo que habrá que esperar a ver si los nuevos se ponen de acuerdo con los reelectos para sacar adelante las iniciativas que quedaron pendientes.
De acuerdo con un estudio del Observatorio Legislativo de Quintana Roo, al inicio de cada una de las tres últimas Legislaturas se ha mantenido la expectativa de saber si pueden asumir su responsabilidad de ser el poder del Estado, que oriente las políticas públicas y mantenga el equilibrio político y constitucional, y no ser una oficialía de partes del Poder Ejecutivo.
En los tiempos de predominio del PRI en el Gobierno, se entendía que lo normal fuese que el Poder Ejecutivo tuviese el control político total, y la oposición representada en el Congreso se convertía solamente en la consciencia crítica del Gobierno en turno.
Y es que la expectativa hacia las XV y XVI Legislaturas, que representaban un supuesto cambio político del sistema en el Estado se frustró; incluso, la oposición, mayoritaria en la XVI Legislatura, se comportó como una parte del mismo sistema político partidista. Quizá esa fue una de las razones por la que sus Diputados no se reeligieran.
La XVII Legislatura tuvo una vigencia de dos años por la integración de los procesos electorales en una sola fecha, con una mayoría de Diputados que está dentro de un mismo corporativo político alineado al perfil político del Poder Ejecutivo, por lo que no tuvo la independencia que marca nuestro sistema para tener contrapesos en los poderes constitucionales. Así funcionó.
De hecho, la XVII fue severamente criticada por su falta de contacto con los ciudadanos en sus procesos legislativos, por lo que se consideró una falta de respeto a su propia institución, al buscar convertir su Plaza Cívica, con los elementos que la integran: mural, y la estatua del prócer Andrés Quintana Roo, en una cafetería para el servicio de los Congresistas. Falta saber si efectivamente la iniciaron sin autorización, el presupuesto asignado y a quién se le adjudicó la obra.
Por otro lado, y antes de que varios integrantes solicitaran su licencia en el segundo periodo del segundo año legislativo para reelegirse, el propio Observatorio presentó un resumen estadístico de sus trabajos, con los siguientes datos: 188 sesiones, 612 iniciativas y 262 decretos, lo que dio una productividad del 42%.
Además, recientemente se aprobaron tres nuevas leyes: la de Humanidades, Ciencias, Tecnología e Innovación del Estado de Quintana Roo; la de Filmaciones y Producción Audiovisual; y la Ley de Prestación de Servicios Inmobiliarios, pendiente esta última de su publicación.
Igualmente, se aprobó la abrogación de la Ley de Imagen Institucional, misma que nunca entró en vigencia y cuyo objetivo es evitar dispendios en el cambio de uso de colores partidistas en cada cambio de Administraciones. En este caso, simplemente la abrogaron sin proponer nada a cambio.
No obstante, esta situación está ya considerada en la Constitución Política del Estado de Quintana Roo, la cual deberá aplicarse, y quedan pendientes importantes temas que solamente se usaron como promoción personal, como el caso de Aguakan.
GC
