La incidencia de casos de depresión ha incrementado en Quintana Roo un 46 por ciento de enero a julio, respecto al año pasado; de acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), hasta finales de julio de 2023 se contabilizaron 743 casos hospitalarios, mientras que en el mismo periodo, pero de 2024, la entidad cuenta con mil 91 personas con ese padecimiento.
Uno de los casos es el de Vicente Robles, un hombre de 54 años, quien fue diagnosticado con la enfermedad a principios de este año; mencionó que su vida era de su casa al trabajo y viceversa, durante 20 años.
Detalló que nunca se imaginó que la falta de ganas de vivir, irritabilidad constante y cansancio persistente eran parte de una enfermedad que ignoró por mucho tiempo, hasta que un día los efectos comenzaron a ser físicos. Intentó no hacer caso a esos síntomas, pensando que se le pasarían con el tiempo; sin embargo, un día comenzó a tener dolores de cabeza constantes, problemas para dormir y falta de apetito que le generaba debilidad.
Por lo anterior decidió buscar ayuda médica; después de una serie de exámenes y consultas le diagnosticaron depresión. Al principio se sintió sorprendido y confundido, nunca se imaginó que estaba enfermo y pensaba que simplemente estaba pasando por un mal momento.
Al pasar el tiempo entendió que la depresión es una enfermedad real y grave, por lo que recibió tratamiento y aprendió a manejar sus síntomas así como a reconocer los signos de alerta, buscó ayuda cuando la necesitaba y también a hablar abiertamente respecto a su padecimiento con sus seres queridos y amigos, por recomendación del terapeuta; se dio cuenta de que no estaba solo y que había mucha gente que lo apoyaba y lo entendía.
Con el tiempo ha aprendido a vivir con su enfermedad y a encontrar la manera de manejarla. Aunque tiene días difíciles sabe que puede superarlos.
Por su parte Liliam Negrete Estrella, psicóloga y directora del Centro de Integración Juvenil (CIJ) en Cancún, dijo que la depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por una sensación persistente de tristeza, pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban y otros síntomas físicos y emocionales, afectando no sólo a la persona que la padece sino también a su familia y amigos.
En el caso de Cancún la enfermedad la desencadenan factores como vivir lejos del núcleo familiar o la descomposición social así como por falta de trabajo y el mejor de los tratamientos es la terapia psicológica, ya que ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos; en casos más complicados va acompañado de medicación como antidepresivos que pueden ayudar a equilibrar los químicos del cerebro, y por supuesto cambios en el estilo de vida, como hacer ejercicio regular, tener una alimentación saludable, dormir suficientes horas y evitar sustancias que empeoren los síntomas, además hablar con familiares, amigos o grupos de apoyo puede ser benéfico.
Es importante buscar ayuda profesional si se experimentan varios de estos síntomas durante un período prolongado, ya que puede ser un cuadro depresivo.
GC