Uno de los métodos más recurrentes que utilizan los delincuentes para usurpar la identidad digital es la aplicación WhatsApp, con un mensaje supuestamente enviado por una empresa de paquetería, en el que se indica que está a punto de recibir su pedido y debe dar click a un link para obtener un código.
Sin embargo, esto provoca la pérdida de la cuenta por unas cuantas horas, lo que permite a los delincuentes robar información personal y pedir dinero a familiares y amigos, explicó Jacqueline Pérez Zúñiga, coordinadora de Atención Ciudadana y Prevención de la Unidad de Policía Cibernética de Quintana Roo.
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Hasta el primer semestre del 2024 se han atendido 465 personas que fueron víctimas de este delito.
La especialista destacó que las prácticas de violencia digital son relativamente recientes y evolucionan con la tecnología, permitiendo la intervención en cualquier medio digital.
Para combatirlas, se brinda asesoramiento a las víctimas para recuperar su cuenta y proteger su identidad digital, ya que solo las plataformas pueden verificar la autenticidad de los usuarios.
Las recomendaciones para evitar este tipo de delitos cibernéticos es evitar a toda costa atender llamadas de números desconocidos, pues de este modo no tendrán la oportunidad de tener contacto con estas personas.
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También se debe evitar dar clic en ligas desconocidas, activar la verificación de dos pasos en WhatsApp y estar atento a cualquier movimiento extraño, porque una vez que se difunde un modo de operar, los delincuentes buscan otro.
Recomendó a la población a tener cuidado con la información que comparte en redes sociales, además de asegurarse que éstas se encuentren en modo privado, así se evita que los delincuentes tengan acceso a información y fotografías, ya que también se ha detectado que con esos datos abren perfiles falsos, para pedir dinero prestado a familiares y amigos, o en el peor de los casos, para vender las imagen falseadas con índole sexual.
Otro punto importante que se debe destacar es especialistas de la tecnología y psicología afirman que la edad mínima para que una persona tenga acceso a un teléfono inteligente son los 13 o 14 años de edad, ya que los menores son un sector vulnerable.
Además los padres deben de poner especial atención con quiénes se relacionan sus hijos en las redes sociales, porque en la fotos pueden parecer otros niños o adolescentes, pero no se sabe con exactitud quién puede estar de tras de la pantalla. César “N” recibió en su celular un mensaje con indicaciones para recibir un paquete, en el que le informaban que era necesario proporcionar un código.
El joven no sospechó porque sí esperaba algunos artículos que adquirió en línea, pero al momento de dar clik se le bloqueó la aplicación digital de WhatsApp, por algunos minutos, afortunadamente tenía la cuenta vinculada con un ordenador, por lo que fue menos complicado recuperarla.
