El municipio de Othón P. Blanco continúa padeciendo las deficiencias del suministro de energía eléctrica, siendo en esta ocasión la localidad de Calderitas la que se ha visto afectada, debido a que desde el miércoles se encuentra sin luz, pese a los múltiples reportes que los habitantes han realizado a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Aun cuando la CFE anunció desde el jueves que la energía eléctrica fue reestablecida en todo Quintana Roo tras el paso del huracán “Helene” que afectó a la zona norte de la entidad, tanto en los lugares afectados por el meteoro como en lugares a los que no llegaron los estragos de este, la ciudadanía ha denunciado que continúa sin luz.
Sin embargo, la Comisión estableció un módulo de atención ciudadana en el parque de la Concha Acústica ubicado en el bulevar, alrededor del mediodía de este viernes, para que las personas afectadas acudieran a interponer su denuncia de manera personal, con lo que se comprobó que aún hay muchos lugares en los que no se ha restablecido el suministro eléctrico.
Otro detalle por el que los ciudadanos se mostraron inconformes fue la ubicación donde establecieron el módulo, toda vez que se encuentra lejos de la mayoría de las colonias afectadas, por lo que les llevaría mucho tiempo trasladarse hasta allá e incluso sería costoso para quienes utilizan transporte público, pues incluso las oficinas de la Comisión se encuentran en un lugar mucho más céntrico.
De igual manera, se manifestó la desconfianza de los chetumaleños en el sentido de que dudan que un módulo de atención pueda resolver el problema, así se trate de manera personalizada, pues no es cuestión de una cuadra o una colonia, sino de sectores específicos de la ciudad, y consideran que los apagones y bajones de energía continuarán ocurriendo en los días posteriores.
Respecto a Calderitas, fue hasta la tarde de hoy cuando el personal de la CFE acudió para reactivar la energía eléctrica, que por el momento se encuentra estable; no obstante, la respuesta al llamado de los calderenses llegó cerca de 48 horas después de que se quedaran expuestos a la penumbra y el calor, y sin poder hacer uso de sus aparatos eléctricos y electrodomésticos, justo a mitad de semana cuando niños y jóvenes aún acuden a clases.