Aunque Cancún fue creado como un Centro Integralmente Planeado, desde su origen, en la década de los 70, enfrentó el grave problema de los asentamientos irregulares, impulsados por una realidad que rebasó al papel y fines políticos.
Aunque desde sus inicios se fundó el Comité para la Regularización de la Tenencia de la Tierra a nivel federal, que en 1974 se convirtió en la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra (Corett) y que en el 2016 cambió su denominación a Instituto Nacional del Suelo Sustentable (INSUS), y aunque se hicieron esfuerzos por regular el crecimiento vertiginoso, jamás se consiguió. A la fecha sigue con más de 200 colonias irregulares en las que habita un tercio de la población.
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En 1975 el municipio de Benito Juárez llevó a cabo sus primeras acciones de regularización de tenencia de la tierra, al crear el Fideicomiso Puerto Juárez, donde se identificaron dos ejidos en el centro de Cancún: En la parte Norte se localiza el de Isla Mujeres, con una superficie de 6 mil 461 hectáreas, y en el Sur Alfredo V. Bonfil, con 9 mil 544 hectáreas.
Ambos han sido los principales aportadores de tierra urbana a partir de expropiaciones con fines de utilidad pública, venta a particulares de parcelas debidamente regularizadas por el Registro Agrario Nacional (RAN) y regularización de predios fraccionados ilegalmente. Esto último, hasta la fecha, es uno de los principales promotores de la proliferación de los asentamientos humanos irregulares, tanto afuera como en el interior de los centros de población.
El pionero de segunda generación de la ciudad, Francisco Amaro Betancourt, recordó cómo surgieron esas invasiones.
“El origen inició con la fundación de Cancún; había casas de cartón y evidentemente sin calles. La primera fue en las Supermanzanas 65 y 68 que delimitaban la avenida José López Portillo, que antes era la carretera federal Mérida-Puerto Juárez y se dan desde que Magaly Achach encabeza el movimiento de las primeras dirigencias de colonos. Posteriormente vinieron las invasiones de las regiones 100, que fue una de las más grandes que tuvimos en su momento, pues tenían como premisa cubrir la necesidad de vivienda que existía”, narró.
Más tarde, el proyecto “Nuevos Horizontes” fue creado por el exgobernador Pedro Joaquín Coldwell (18981-1987), debido a que era necesario regular el crecimiento vertiginoso, y junto con el Fideicomiso Puerto Juárez, se buscó tener un control sobre la tenencia de la tierra, para la adecuada distribución de las áreas de vivienda, lo que además le dio certeza jurídica a la propiedad.
“Ese programa hablaba de vivienda económica y buscaba cubrir esa necesidad a partir de la invasión de la 68. Ese fue el origen y luego vino el tema de Bonfil, que fue consecuencia de no poder brindar de los servicios básicos en la franja ejidal, creándose los asentamientos de Valle Verde, Tres Reyes, El Milagro y toda esa zona”, dijo a Por Esto!
Posteriormente y ante la magnitud del problema social, nació la franja ejidal que comprende las regiones 200 y cobró mayor trascendencia el proyecto de Joaquín.
Fines políticos
En los años 80 el asunto de las invasiones tenía fines políticos, pues cuando se dejaron de entregar terrenos, los líderes motivaron a la gente a ocupar las propiedades de la gente. Muchos se aprovecharon de la necesidad y vendieron y revendieron lotes a los recién llegados.
Héctor Ortega, quien llegó a Cancún en 1981, recordó que toda la ciudad era una invasión. Se estableció en la Supermanzana 60, compró a los líderes su predio y estuvieron sin agua y sin luz hasta la creación del programa “Nuevos Horizontes”, cuando se empezaron a regularizar esas regiones.
“Los gobiernos no tenían un ordenamiento habitacional y comenzaron a promover las invasiones con fines políticos porque les prometían que los regularizarían, así fue el crecimiento de la ciudad. Cuando quisieron ordenar aparecieron las regiones 90, interviniendo el Instituto de Vivienda de Quintana Roo (Inviqroo) y se repartieron terrenos con fines políticos a los que integraban el Frente Único de Colonos (FUC) y otras organizaciones. La historia de Cancún se basó en las invasiones y luego explotó el crecimiento por la falta de planeación al igual que en Playa del Carmen, en la Colosio, donde la promesa era que si seguían votando por el PRI los iban a regularizar. Esa es la historia de varios municipios de Quintana Roo, es un asunto cíclico”, dijo.
Los entrevistados dudaron que algún día se logre revertir el grave problema social de vivienda.
Entre glamour y carencias
En los más de 200 asentamientos irregulares que hay en Cancún, “la joya” turística del Caribe Mexicano, decenas de miles de familias en condiciones de pobreza y abandono, sin acceso a servicios básicos como agua potable, electricidad y la seguridad y con falta de planeación o mala planeación urbana.
La especulación inmobiliaria ha llevado a la creación de estas colonias sin control, donde la gente es engañada por oportunistas que les venden lotes sin ningún tipo de certeza jurídica y se ve obligada a construir sus propias viviendas con materiales precarios, sin respetar las normas de construcción ni los límites territoriales, al no estar municipalizadas.
Muchos de sus habitantes son trabajadores del sector turístico, que no tienen acceso a los beneficios que genera la industria que sostiene la economía local.
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En la XII Legislatura, el Congreso de Quintana Roo aprobó por unanimidad que las invasiones fueran tipificadas como delito grave, lo que implicó modificar el Código Penal, para que los autores intelectuales recibieran penas de hasta de 9 años de prisión sin derecho a libertad bajo fianza; sin embargo, hasta la fecha dicha ley permanece como letra muerta.
De acuerdo con la Secretaría Técnica del Ayuntamiento de Benito Juárez, entre el 2019 y el 2020 se reportó a la Secretaría de Desarrollo Territorial Urbano Sustentable (Sedetus) que 3 de cada 10 personas vivían en invasiones, en condiciones precarias, lo que genera un shock a los trabajadores del sector turístico, por la opulencia que ven a diario en sus centros de trabajo, comparada con la zona donde viven y sus humildes viviendas, ambas cosas en el mismo Cancún.
Invasiones en Playa del Carmen y Tulum
El problema de las invasiones no es privativo de Cancún, sino de otros destinos turísticos como Playa del Carmen y Tulum, que hoy crecen de manera desordenada poniendo en jaque a las autoridades.
De acuerdo con el reporte oficial presentado a principios de este año, en Tulum existen seis asentamientos irregulares; en Solidaridad, 29; en Puerto Morelos, siete; en Othón P. Blanco hay 40; en José María Morelos hay solamente uno; en Isla Mujeres se han contabilizado 85; en Felipe Carrillo Puerto son tres y en Cozumel, uno.
Benito Juárez es el municipio con más asentamientos irregulares, con 213; Bacalar tiene cuatro, mientras en Lázaro Cárdenas no se ha detectado ninguno .
Playa del Carmen originalmente era un asentamiento maya conocido como Xaman-Há, un importante punto de comercio y comunicación en la región. Hoy en díaes un destino turístico popular y ha pasado por un rápido desarrollo urbano. A pesar de su historia de invasiones y cambios, ha logrado mantener su identidad cultural, que combina herencia maya e influencias modernas.
El cronista de la ciudad, Raymundo Tineo recordó que en el año 2000 ocupó el primer lugar nacional en crecimiento; sólo seis años después que Solidaridad se erigió como municipio, un año después ocurrió la invasión al Norte de la ciudad, justamente en el 2001, en lo que hoy es la colonia Luis Donaldo Colosio, misma que ha comenzado a regularizarse con apoyo federal.
Ese año, varios grupos de ciudadanos llegaron para invadir predios en una zona que inició como una Villa de Pescadores. Existen otras invasiones en San Judas Tadeo, Alfa y Omega y en el polígono conocido como Las Torres de la CFE.
Tulum fue creado el 6 de mayo del 2008, en su joven historia, también sufre de invasión de tierras, al contar con 12 o 14 colonias contadas y otras más sin registro ante la Agencia de Proyectos Estratégicos de Quintana Roo (Agepro).
Esta dependencia informó que las invasiones se dividen en dos partes como Tulum Norte, con 30 hectáreas, y Sur, con 21 hectáreas y en las demás están en negociación al ser terrenos del estado.
En Quintana Roo existen cuando menos 389 asentamientos irregulares desde hace años, como consecuencia del alto crecimiento demográfico del Estado y las dificultades para adquirir una vivienda, reconoció la autoridad estatal.