Concentrada en su trabajo y batallando un poco con el viento que le mueve de lugar las hojas secas ya barridas y que debe regresar a su sitio, Gabriela Monroy lleva un año laborando en el Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC); comentó a Por Esto! que ha sido un tiempo de muchas experiencias, pero también de reflexiones.
Vino de vacaciones con su marido a conocer, porque son originarios de Nuevo León, pero decidieron quedarse, pese a que desde su llegada tuvieron que pasar por varias penurias, empezando porque los asaltaron, les quitaron todos sus ahorros y debieron vivir en la playa o en los centros comerciales dos semanas, hasta que no tuvieron más remedio que recurrir a sus hijos, quienes, sin dudarlo, los apoyaron económicamente hasta que lograron establecerse y rentar un humilde cuarto.
Noticia Destacada
“Hay muchas facilidades": Viajero en silla de ruedas habla sobre cómo es moverse en el aeropuerto de Cancún
Su labor en el AIC es de apoyo en general, lo que significa que hace de todo, desde lavar los baños, limpiar los pasillos, ahora le tocó barrer los jardines y recoger la basura tirada, labor que realiza de forma muy escrupulosa.
Aseguró que, aunque le cambian de área cada tercer día, todo lo que hace le gusta porque le parece muy sencillo y conoce a gente diferente todos los días, lo que hace que sea aún más agradable su trabajo. Para llegar a su horario laboral debe levantarse de madrugada, para guisar, asearse a las 3 de la mañana y salir a las 4 para tomar el transporte que los lleva a la terminal.
Su esposo también trabaja en el aeropuerto, pero en operaciones, les gustaría estar unos cinco años más, tanto en el recinto aéreo como en la ciudad y posiblemente después buscar otro lugar para conocer o regresar a su natal Monterrey.
Dijo que como aún no tienen muchas amistades en Cancún y tampoco son de andar conviviendo con otras personas, para las fiestas decembrinas se quedarán en casa y si es posible organizarán una pequeña cena sólo para ellos.
“Desgraciadamente no hay dinero para andar festejando, entonces será algo sencillo nada más para él y para mí”.
Noticia Destacada
Familia cancunense viaja a Estados Unidos para visitar a su tío como regalo de Navidad
Son abuelos, tanto sus hijos como sus nietos viven en el norte del país, pero están contentos de que sus padres se encuentren en Cancún, sobre todo por las playas. Recordó que en Monterrey trabajó como camarista en un hotel, algo que quiso desempeñar aquí, pero le pedían muchos requisitos, entre ellos un domicilio.
“Pero vivíamos en ese momento en la calle porque no teníamos dinero ni para rentar un cuarto, ´porque cuando llegamos nos asaltaron en Plaza Galerías, nos quitaron 30 mil pesos, eran las 10 de la mañana y nos robaron, acabábamos de llegar a Cancún y hasta nuestro equipaje se llevaron, los celulares, nada más nos dejaron nuestros documentos, nos fuimos a Playa del Niño, donde estuvimos dos días, luego nos fuimos a Soriana tres días y a veces dormíamos en la calle, así duramos dos semanas, comíamos galletas con agua, fue una experiencia muy dura, pero la vida da muchas vueltas y poco a poco nos estamos recuperando”.
Relató que finalmente tuvo que recurrir a uno de sus hijos, quien los ayudó, con eso rentaron un cuarto. Dijo que en el año y cuatro meses que lleva viviendo en la ciudad, se ha dado cuenta que ese asalto que sufrió no fue algo aislado, que le parece una ciudad insegura y le ha tocado ver como los taxistas dañan mucho la imagen del destino.