Charlaba tranquilamente con un ciclista mientras esperaba su vuelo hacia Guadalajara en el área verde de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC). Estaba en su silla de ruedas y hablaba sobre la dificultad que él, y muchas otras personas con problemas de movilidad en Quintana Roo, enfrentan para trasladarse de un lugar a otro.
Su nombre es Javier Martínez. Comentó que viajar por los aeropuertos no le supone ningún inconveniente, ya que estos cuentan con instalaciones adecuadas y adaptadas para personas con discapacidad. Además, las aerolíneas ofrecen un servicio personalizado de asistencia cuando es necesario, y las terminales están equipadas con sillas de ruedas.
“Aquí hay muchas facilidades para poder moverme sin problemas. De hecho, viajo solo para visitar a la familia y regresaré hasta enero para aprovechar las fiestas, porque no siempre tengo la posibilidad de hacerlo. Generalmente, ellos vienen a visitarme, pero esta vez me sorprendieron con el boleto y me dio mucho gusto. Así que ya estamos listos para festejar la Navidad y el Año Nuevo con los hijos y los nietos”, señaló.
Mencionó que no es muy común que pueda viajar, principalmente por su condición y, en segundo lugar, por el tema económico; sin embargo, se le notaba muy contento de visitar a sus familiares, a quienes no veía desde hacía tiempo, y menos en fechas tan especiales y emotivas. Aseguró que se vale por sí mismo, y era evidente que no tenía problemas para moverse de un sitio a otro, dentro de la terminal aérea.
Comentó que hace tres años sufrió un accidente y desde entonces no ha podido trabajar. Aunque recibe una pensión, indicó que no le alcanza. A pesar de que la atención en el Seguro es buena, vive en Puerto Aventuras, y cuando tiene una cita debe trasladarse hasta Playa del Carmen, lo que le cuesta 160 pesos (50 de taxi y 30 de la van, ida y vuelta). Por esta razón, no va tan seguido, ya que no es fácil conseguir un transporte que lo lleve, y mucho menos subir a la unidad , lo cual requiere ayuda si viaja solo.
Llegaba el momento de dirigirse al interior del recinto, para ir a la sala de abordaje y fue así que terminó la plática con Por Esto! y con su nuevo amigo y compañero de viaje (ciclista), quien también aguardaba el momento para dirigirse a la sala de abordaje.