Una veintena de trabajadores de la clínica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) de Cancún se manifestaron esta mañana en la avenida Tulum increpando al delegado sindical, José Lorenzo Braga por la muerte de Nelson Emiliano Fierros Álvarez, quien presuntamente falleció por una negligencia médica.
Los manifestantes exigen la destitución del director de la clínica, Adrián Alejandro Albornoz Zapata. Con pancartas de “Todos somos Nelson” “Exigimos mejor atención médica y cuenten con los recursos e insumos para hacer efectivo el derecho a la salud”, la viuda del señor Fierro Álvarez, Josylan Elymar Ulloa Moreno explicó que su esposo no fue atendido en tiempo y forma, lo que le costó la vida.
Precisó que el pasado 24 de abril su esposo, trabajador activo en la clínica del ISSSTE en esta ciudad, ingresó con un problema neurocelebral, sin embargo, pasaron 13 horas sin atención médica por la falta de un médico internista.
Los propios compañeros de trabajo realizaron una recolecta para poder trasladar al paciente al Hospital General “Jesús Kumate Rodríguez”, ante la falta de ambulancia por parte del ISSSTE.
Ya en el Hospital General fue atendido por un especialista, y tras una serie de trámites, se logró el traslado al Hospital Regional del ISSSTE en la ciudad de Mérida, en donde le explicaron que luego del primer signo, el paciente tenía solo tres horas para ser atendido.
Como pasaron incluso días cuando fue trasladado a Mérida, el paciente ya presentaba muerte cerebral, lo que, en unos días posteriores, el 3 de mayo, finalmente le costó la vida.
Por ello, su viuda, que labora en el área de farmacia en la clínica del ISSSTE en Cancún, así como trabajadores de diferentes áreas, exigen que el director del nosocomio, así como los doctores Gracian Bill Stephen Reyes y De la Peña Leyla Esteban asuman su responsabilidad por la muerte de Nelson Emiliano Fierros Álvarez.
Asimismo, piden que las autoridades federales tomen cartas en el asunto porque la clínica en Cancún, solo cuenta con 19 camas, 60 doctores y un padrón de 120 mil derechohabientes. “Estamos rebasados, no contamos con lo mínimo para atender a los pacientes.
Falta lo más mínimo en medicamentos, equipo, personal humano y las instalaciones son un riesgo para los pacientes”, denuncia un doctor que prefiere omitir su nombre por temor a represalias.
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GC
