Los vertederos ilegales siguen siendo una preocupación crítica en Cancún, afectando tanto la imagen de la ciudad como la salud pública de sus habitantes. A lo largo de las áreas verdes y caminos, se han encontrado desechos que van desde muebles y refrigeradores hasta neumáticos rotos, siendo el PET y los vidrios los residuos más comunes. Esta situación plantea serios riesgos ambientales y sanitarios, especialmente en temporadas de lluvia.
El subsuelo de Cancún presenta características cársticas, compuesto principalmente por rocas carbonatadas que facilitan la infiltración de aguas de lluvia hacia el acuífero local. Este fenómeno puede resultar en la contaminación del manto freático debido a la presencia de sustancias tóxicas arrastradas por las lluvias, lo que representa un riesgo significativo para la salud pública y el medio ambiente.
Además, en estas áreas se lleva a cabo la quema de desechos, lo que podría desencadenar incendios forestales. La rápida circulación del agua subterránea en los acuíferos kársticos, caracterizada por su alta permeabilidad, permite que los contaminantes ingresen rápidamente al sistema, especialmente durante las lluvias intensas que recargan los acuíferos. Esto resalta la vulnerabilidad de estas regiones a la contaminación y los riesgos asociados con el manejo inadecuado de los desechos.
JGH