El Super ISSSTE de Cancún, que cerró en 2014 debido a problemas financieros, sigue abandonado y se ha convertido en un símbolo del deterioro urbano.
Este establecimiento, que ofrecía productos a precios accesibles, formó parte de una estrategia del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) para sanear sus finanzas, las cuales se vieron gravemente afectadas por años de mala administración y falta de inversión.
En 2013, se anunció el cierre de 35 tiendas a nivel nacional, siendo Cancún una de las más afectadas. A pesar de que el ISSSTE prometió reubicar a sus empleados, muchos trabajadores, especialmente aquellos de mayor edad que dependían del ingreso diario, quedaron sin opciones.
Desde su clausura, el edificio ha caído en un estado alarmante. Actualmente, el lugar está lleno de grafitis, basura y desechos, convirtiéndo se en un refugio para actividades ilícitas.
Este abandono no solo genera una mala imagen para la zona, sino que también incrementa la inseguridad en el área circundante. El futuro del Super ISSSTE es incierto.
Aunque se han mencionado planes para subastar el inmueble, hasta ahora no se han concretado acciones significativas. La situación actual del establecimiento refleja no solo la crisis financiera del ISSSTE, sino también la necesidad urgente de atención a los espacios públicos que afectan la calidad de vida de los ciudadanos en Cancún.
