El hotel Sandos Playacar, quiso manejar de manera interna el caso de la intoxicación masiva de huéspedes y trabajadores por ingesta de alimentos, la cual salió a la luz el pasado viernes. Supuestamente todo lo tenían bajo control hasta que los visitantes solicitaron un reembolso de sus reservaciones y, ante la negativa de los encargados, llamaron a las autoridades locales, quienes confirmaron que el hecho ocurrió hace aproximadamente seis días.
Se aclaró que ningún huésped o trabajador fue hospitalizado, y aunque por tres días padecieron vómito y diarrea, tampoco se les practicó ningún examen. Para cuando la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) acudió, los alimentos en mal estado o contaminados ya habían sido desechados, y la única medida que se tomó fue poner una sanción mínima, confirmaron las autoridades que acudieron al auxilio.
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“Una bacteria que sólo se está contrayendo en Playa del Carmen” dijeron los encargados del centro de hospedaje a los huéspedes, para supuestamente no alarmarlos, pero cuando los cuerpos de rescate acudieron el pasado viernes, al trascender lo sucedido, mencionaron que se trató de una infección gastrointestinal, derivada del consumo de alimentos posiblemente en mal estado, mal preparados o por la falta de higiene en el área de cocina, y que, por el tiempo que había transcurrido, cualquier evidencia había sido borrada.
Fuentes que estuvieron en el lugar y algunos huéspedes señalaron que, en su momento, el hotel les pidió que acudieran con el médico del lugar para una revisión. Si querían un examen, medicamento o una consulta más a fondo, cada uno tenía que pagar un excedente de 150 dólares americanos.
Posteriormente, para “calmarlos”, el Sandos Playacar solicitó una ambulancia privada cuyos paramédicos mencionaron que no era necesario que los trasladaran a un hospital, minimizando también el hecho.
Finalmente, de acuerdo con las fuentes, los huéspedes comenzaron a solicitar el apoyo de las autoridades a través de redes sociales, cuando les negaron el reembolso de sus reservaciones, pero una vez en el lugar, la seguridad del complejo privado les impidió el acceso por lo cual algunos turistas salieron a dar testimonio y sólo así, los cuerpos de rescate, emergencias y elementos de la Policía Turística lograron acceder.
Para cuando las autoridades sanitarias ingresaron, no encontraron anomalías, por lo que sólo se hizo un paro de labores mientras se llevaba a cabo una inspección, e impusieron una pequeña multa.
Ante la falta de acciones de las instancias correspondientes, los huéspedes se han encargado de hacer una campaña para que no se hospeden en dicho hotel. En respuesta, otras personas mencionaron que no es la primera vez que alguien se intoxica ahí, mientras vacaciona.
Testimonios
“Intoxicación, no recomiendo”; “El resort es muy bonito y tiene un gran potencial. La comida parece rica, pero tengo a mi bebé muy mal; primero le dio un enterovirus, luego en los exámenes le aparece salmonella, dos tipos de e. coli y sapovirus. Tengo que recalcar que no salimos del hotel y que llegamos en buenas condiciones. De 21 personas, la mayoría estuvo muy mal y siguen mal, ya volvimos hace cuatro días y ha sido difícil la recuperación. Creo que todo esto debe ser el mal manejo de la comida, contaminación cruzada, las piscinas sucias quizás, quien sabe con qué bichos y el agua de las cañerías con olor muy malo. Había muchas familias como nosotros. Dimos aviso al hotel, que ya estaban al tanto y reconocieron que tenían un problema con los alimentos, pero no hicieron nada con las personas que en ese momento. NO RECOMIENDO ESTE LUGAR. Lejos la peor experiencia, expusieron la salud de mi bebe y de muchos niños y adultos a expensas de ganar dinero, sabiendo que tienen un problema sanitario grave. Espero que puedan sancionarlos y cerrarlos”, son algunas de las quejas en redes sociales.