Las investigaciones sobre el intento de asalto a la joyería “Bizarro”, en Plaza Las Américas, reveló una grave omisión por parte de los guardias privados contratados por la administración del centro comercial. De acuerdo con la alcaldesa, Ana Peralta, no reportaron el incidente, ni siquiera a los números de emergencia, dejando la respuesta inicial en manos de elementos de Seguridad Pública que, por casualidad, estaban en el lugar.
En entrevista tras asistir a la jornada Empléate Mujer, la Presidenta Municipal enfatizó que los primeros en reaccionar fueron los agentes policiacos, ya que los custodios de la plaza no hicieron ningún llamado de alerta.
Esta falta de acción plantea serias dudas sobre la efectividad y compromiso del servicio de vigilancia interna en los centros comerciales, donde la prevención y respuesta rápida son cruciales.
La Alcaldesa informó que, tras el incidente, se ha reforzado la seguridad en el lugar, así como en otros puntos estratégicos de la ciudad, incluyendo las playas. Sin embargo, señaló que, aunque hay cámaras en el centro comercial, sólo las del estacionamiento están conectadas al sistema C5 de Seguridad Pública, lo que limita el monitoreo en tiempo real por parte de las autoridades.
Negligencia evidente y falta de coordinación
Peralta calificó la falta de reacción de agentes privados como una “negligencia” inaceptable. “Los 19 reportes que tenemos al 911 fueron hechos por ciudadanos; ninguno provino de la empresa de seguridad”, afirmó.
Este dato refuerza la percepción de una preocupante desconexión entre los encargados de la vigilancia particular y los protocolos de Seguridad Pública.
Afortunadamente, el intento de asalto no dejó heridos ni hubo detonaciones de armas de fuego, pero el hecho de que el personal de seguridad de la plaza no haya solicitado auxilio, resalta una falla estructural en los protocolos de respuesta ante emergencias.

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Por el momento no se ha informado sobre la detención de los presuntos responsables, dejando en el aire la interrogante sobre el avance de la investigación y las consecuencias que enfrentará la empresa de seguridad privada.
Este caso reabre el debate sobre la eficacia de las empresas de vigilancia en espacios comerciales, y la necesidad de establecer regulaciones más estrictas que garanticen su correcta actuación en situaciones de riesgo. La seguridad ciudadana no puede depender del azar ni de la presencia fortuita de agentes públicos en estos espacios.